Miami – El periodista mexicano-estadounidense Alfredo Corchado afirma que la Administración Trump va a golpear a los migrantes como a «una piñata» hasta las elecciones de 2020 y que la respuesta de los hispanos debe ser «despertar» y votar.

«Tenemos que despertar», hay que olvidarse del dicho «calladitos estamos más bonitos», subraya Corchado en una entrevista telefónica con Efe con motivo de la publicación en Estados Unidos de la edición en español de «Patrias» (Vintage español), más de un año después de la salida de su versión original en inglés («Homelands»).

Se trata de un relato periodístico sobre la «gran migración» mexicana a Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX, contado a partir de las historias de cuatro amigos con vidas muy distintas que se conocieron en Filadelfia en 1987: Corchado, Primitivo Rodríguez Oceguera, David Suro-Piñera y Ken Trujillo.

Cuando empezó a escribir el libro Corchado, nacido en Durango (México) aunque siendo niño su familia se trasladó a Estados Unidos, no pensó que los temas que aborda en sus páginas iban a cobrar la relevancia que han adquirido con la Administración Trump.

El hoy corresponsal del Dallas Morning News en México, y en la frontera mexicano-estadounidense, no tiene tiempo para aburrirse ni tampoco capacidad de sorpresa ante las medidas de la Administración del presidente Donald Trump contra los migrantes.

Cada una ha sido más impactante que la otra, pero a Corchado le dolió mucho ver a más de 700 personas, en su mayoría familias centroamericanas concentradas en un pequeño espacio donde no había lugar «ni para dormir», bajo el puente internacional entre El Paso y Ciudad Juárez la pasada primavera.

Algunos estuvieron allí hasta diez días en una época del año muy ventosa, recuerda el autor de «Patrias», «Medianoche en México» y «El descenso de un periodista a las tinieblas de su país».

«Fue canijo (cabrón, fuerte)», dice Corchado, quien presenció cómo un padre centroamericano se disculpaba con su hijo por haberle llevado a un país donde los trataban de esa manera.

Pero sí hay algo que ha puesto a pensar a Corchado y a otros hispanos de la frontera es el atentado perpetrado en El Paso el pasado 3 de agosto por un joven de 21 años que quería «matar mexicanos» para impedir que invadieran esa ciudad.

Patrick Crusius, que está detenido, mató a 22 personas, ocho de ellas de nacionalidad mexicana.

«Como periodista, dice Corchado, no puedo culpar a Trump, pero no me sorprendió lo que pasó». señaló.

Según dice, llevaba tiempo sintiendo «el volumen subir», «el odio centrarse en la frontera».

A su juicio, la matanza de El Paso, la ciudad donde paradójicamente muchos mexicanos han buscado refugio por la violencia en su país, debe hacer que los hispanos, que han tenido una participación electoral muy baja, vayan a votar para decir «estamos aquí» y queremos «decidir nuestro destino».

«Esto (lo ocurrido en El Paso) va a seguir sucediendo, se vienen las elecciones», subraya Corchado, que antes de llegar a ser periodista trabajó como peón agrario en los campos de California.

Por eso, insiste en que es muy importante registrarse para votar, sea como republicano o como demócrata, y el día de las elecciones acudir a las urnas.

«Cuando uno llega a este país los inmigrantes que llevan tiempo te dicen: trabaja o estudia con todo y no te metas en problemas», pero ese «vivir agachado cambió», dice Corchado, quien dice que como mexicano-estadounidense no se siente «completo» si no tiene «un pie en cada país»: la frontera es su hogar.

En Estados Unidos viven 35 millones de personas con raíces mexicanas y Corchado ha querido contar en «Patrias» la contribución que hacen a este país y «repasar este México de acá».

Idealmente se podría pensar que como pasó con los alemanes, los irlandeses, los franceses u otros ciudadanos de otros países que emigraron a Estados Unidos en oleadas, los mexicanos también se asimilarían al país, pero la realidad ha sido otra.

Corchado cree que por su cercanía, México «va a ser siempre como una sombra», incluso «como una amenaza», para algunos estadounidenses, pero aun así «hay que ver cómo le hacemos para poder coexistir».

Sobre la decisión del Gobierno mexicano de crear «su propio muro» para evitar que los inmigrantes lleguen a la frontera con Estados Unidos, Corchado dice que le «duele», pero hay que comprender que en virtud del Tratado de Libre Comercio de 1994, Estados Unidos «tomó el control de México de muchas maneras».

Si Estados Unidos le amenaza, como hizo Trump con una subida de aranceles, al Gobierno mexicano no tiene muchas opciones: o se pliega a la amenaza de forma «maquillada» o abierta, o dice «no» y desata un «nacionalismo» en el país, para unos meses después tener que negociar con Washington.

«No le queda otra», concluyó.