Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Álvaro Contreras es un hombre y un nombre que representa libertad, pasión y respeto por el buen periodismo. Ese periodismo urgente que es fundamental en la sociedad hondureña, enfrentada por décadas a los peores embates de la censura, el bozal, las amenazas y hasta la muerte. Crímenes que desde 2002 a la fecha han cobrado la vida de un centenar de periodistas y comunicadores, en casos que en un 98 % se encuentran en la impunidad.
Este 25 de mayo, Proceso Digital no celebra, sólo recuerda una fecha que el calendario ha marcado y que debe permitir la reflexión sobre el oficio que Gabriel García Márquez calificó como “el mejor del mundo” y que hoy enfrenta retos y desafíos brutales en Honduras.
Los informes internacionales como el publicado este tres de mayo, en el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa, indican que en Honduras no hay que celebrar ya que sigue catalogado como uno de los países más mortíferos para el periodismo, según lo destaca el informe de Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras (RSF), edición 2024.
La puntuación de Honduras es de 146/180 o 38 catalogada como una situación muy grave.
“La prensa hondureña vive un lento descenso al infierno desde hace más de una década, tras el golpe de Estado de 2009. El país sigue siendo uno de los más mortíferos para el periodismo en el continente americano, lo cual crea un clima de autocensura y miedo en la prensa”, anota de forma textual el informe.
Se enfatiza que la llegada al poder de la primera mujer presidenta generó muchas expectativas por su agenda de derechos humanos. “No obstante, los periodistas se enfrentan a retos similares a los que encaraban con gobiernos anteriores: discursos denigrantes de los nuevos funcionarios, el rechazo al acceso a las fuentes informativas a periodistas no afines al gobierno y la falta de protección contra las amenazas”.
En otro apartado el documento, indica que la tasa de impunidad, en un país gangrenado por la violencia del crimen organizado y por la corrupción, es una de las más elevadas del continente.
Adiciona que se emprenden regularmente acciones judiciales abusivas contra los periodistas y las penas de prisión por difamación son habituales. Algunas veces, van acompañadas de la prohibición de volver a ejercer el oficio. El nuevo Código Penal, aprobado en 2020, contiene artículos liberticidas, en especial, la penalización del derecho de manifestación y reunión.
Estos cambios también afectan a toda la cadena informativa, al imponer multas y prisión no solo a periodistas, sino a quienes reproduzcan sus escritos. “El código viola estándares internacionales de derechos humanos y constituye una amenaza para la libertad de prensa”.
La edición 2024 de Reporteros Sin Fronteras en su evaluación de libertad de prensa también reflejó que los periodistas y los medios comunitarios – sobre todo los que reportan sobre narcotráfico, crimen organizado, megaproyectos, polarización social y violencia contra las mujeres – son agredidos con regularidad, y son el blanco de campañas de acoso e intimidación, persecución, amenazas de muerte o exilios forzosos.
En la mayoría de los casos, las agresiones y actos de violencia contra la prensa son cometidos por las fuerzas del orden, en especial por parte de la policía militar y el ejército, según el informe.
Otro punto que retomó el informe es que el país cuenta con un mecanismo de protección, pero este carece de presupuesto y de personal con experiencia, lo que impacta en la implementación de las medidas y pone en grave vulnerabilidad a los beneficiarios.
¡Más alertas!
Los informes siguen siendo graves en torno a la libertad de expresión en Honduras, este viernes, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) reveló que, al menos, 123 miembros de este gremio denunciaron, entre el 2016 y abril del 2024, estar en riesgo o ser víctimas de desplazamiento forzado por violencia.
El reporte indica que en un afán por salvaguardar su integridad física y su vida algunos periodistas y comunicadores sociales optaron por abandonar sus hogares e incluso el ejercicio de su profesión, situación que los convierte en víctimas de desplazamiento forzado por violencia.
Del total de quejas atendidas por el Conadeh, 96 (78 %) fueron presentadas por hombres mientras que 27 (22 %) por mujeres.
Desde enero del 2016 al mes de abril del 2024, son cien meses, en los cuales el Conadeh atendió 123 quejas de periodistas y comunicadores sociales de los cuales, 109 (89 %) denunciaron estar en riesgo mientras que 14 (11 %) que ya eran víctimas de desplazamiento forzado, una de las modalidades violatorias de los derechos humanos que crece año con año en el país.
Uno de los hallazgos revelados por la Institución Nacional de Derechos Humanos es que 71 quejas que representan el 57 %, fueron atendidas en los últimos 40 meses (2021 – abril 2024).
Blanca Izaguirre, titular del Conadeh, detalló que las denuncias de periodistas y comunicadores sociales van en aumento cada año, principalmente por las amenazas de las que son objeto, situación que los pone en riesgo y de ser víctimas de desplazamiento forzado.
Indicó que todo acto de violencia contra los periodistas es una franca amenaza y un atropello contra la libertad de expresión y de prensa cualquiera sea su origen, causa y autoría.
Agregó que la muerte violenta de periodistas, comunicadores sociales y, en general, de todas las personas vinculadas a medios de comunicación es la forma de censura más extrema, ya que priva de la vida a la persona y se genera un sentimiento colectivo de temor entre su gremio.
El Departamento de Estado
El Departamento de Estado de Estados Unidos publicó su informe sobre situación de los derechos humanos en el 2023 en el que destacó el respeto a las sociedades civiles al destacar a altos funcionarios de gobierno que criticaron a la sociedad civil y a miembros de la comunidad internacional por comentarios presididos como críticas hacia el gobierno, las que tuvieron un efecto paralizador sobre la libertad de expresión.
En tanto, periodistas y representantes de derechos humanos y sociedad civil se auto censuraron por temor a recibir acoso y represalias de parte del gobierno y sus partidarios. Otros denunciaron actos de intimidación o amenazas de violencia por parte de funcionarios, denuncias que no fueron investigadas adecuadamente por las autoridades.
Relatoría para la Libertad de Expresión de OEA
Igualmente, La Relatoría para la Libertad de Expresión de la OEA, acaba de publicar su informe regional sobre el Estado de la Libertad de Expresión en las Américas 2023, y en el caso de Honduras destaca su preocupación por las restricciones al acceso a la información pública, los discursos odio, los recientes crímenes contra periodistas y comunicadores sociales y las campañas de desprestigio, además de mantenerse delitos penales que atentan contra la libertad de expresión.
En sus casi trece páginas dedicadas al informe de Honduras, la Relatoría destaca la visita in loco que efectuó junto a miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en abril de 2023, y señaló que posterior a esa visita, continúa registrando agresiones, amenazas e intimidaciones contra periodistas y medios de comunicación. “La situación es particularmente preocupante para comunicadores comunitarios y quienes cubren asuntos como corrupción, crimen organizado, seguridad ciudadana, migración, conflictos agrarios y mineros”, tras advertir que el Mecanismo de Protección a Defensores de Derechos Humanos, Periodistas, Comunicadores y Operadores de Justicia no “estarían cumpliendo de manera completa, efectiva y oportuna con sus obligaciones de proteger a periodistas e investigar ataques en su contra”.
La Relatoría que aborda desde la situación de inseguridad de los periodistas y comunicadores sociales, el sistema penal, la relación de los medios con la democracia, el acceso al internet, la inclusión y otros hechos relacionados, llama la atención sobre lo que denomina una “creciente inseguridad” contra la prensa en Honduras a través de amenazas, agresiones, atentados armados y hostigamientos, contra periodistas y medios de prensa que mantiene posiciones críticas e independientes. Llama la atención sobre las recientes muertes de periodistas y comunicadores sociales en los últimos dos años, aboga por investigaciones efectivas que cesen con la impunidad al poner en contexto que de los 92 asesinatos contra periodistas, comunicadores sociales y afines a la comunicación desde el 2001 a la fecha, apenas 8 casos han sido judicializados y ello hace que Honduras sea un “país de alto riesgo” para el ejercicio del periodismo.
El informe destaca que durante la visita in loco hecha a Honduras los periodistas y comunicadores les expresaron sus temores en el ejercicio de la profesión y que son objeto de censura y autocensura, además de un elevado riesgo y desprotección de las autoridades, en especial del Mecanismo de Protección.
PD: Otros desafíos
Pero la historia sobre la realidad de la prensa va mucho más allá, en pleno S XXI debe afrontar los desafíos de la infodemia, la desinformación y la posverdad. A ello hay que sumarle los desafíos de la Inteligencia artificial en academias algo adormecidas en el paso de los años.
La inteligencia Artificial Generativa, por ejemplo, representa una revolución para los medios y especialmente para los periodistas responsables de crear contenidos digitales. Sin dejar de ser una herramienta, es inexorable entender que pronto, o quizá desde ya, estamos en el cambio de las formas en que se producen y se consumen las informaciones. Pero en ello el periodista debe tener claridad absoluta de utilizar estas herramientas de la forma más ética y creativa posibles.
Ante ello la educación digital no puede detenerse, quizá en Honduras deba arrancar, pero es imprescindible.
En tanto, el desafío constante de la desinformación no da tregua a la prensa que debe tener las cualidades para discernir entre lo falso y lo real, lo concreto, lo cierto. El entorno digital está cada vez más saturado de basura y hay que ser cautos y corroborar una y otra vez. No se trata de informar, se trata de contar bien, contar lo cierto, lo de interés, lo reputado y creíble.
Por supuesto que invertir en tecnología es fundamental, los medios requieren herramientas para el análisis de datos y mantener las historias relevantes en sitios relevantes. Definitivamente que también hay que contar historias únicas donde será el recurso humano la gran diferencia.
En este contexto, no hay duda de que la pasión y el compromiso son cruciales para que el periodismo no pierda la esencia, en una Honduras necesitada de las notas que orienten y que informen adecuadamente a las audiencias.
Mientras tanto, en este país centroamericano, en Proceso Digital un equipo de periodistas y un gran equipo técnico y logístico, intentan aportar su grano de arena. Todos ellos lidian entre los riesgos, el temor a las amenazas directas e indirectas, la censura y los embates de la intolerancia. A ello se suman los desafíos de la tecnología y los nuevos actores en el espectro. Todo es superable con la pasión y la conciencia de que hay muchas historias que bien contar. (PD)