Agentes migratorios estadounidenses interceptan a una familia tras ingresar a territorio norteamericano por la valla fronteriza que separa México de Estados Unidos. EFE/Alejandro Zepeda/Archivo

Tucson (AZ) – Pese a la insistencia del Gobierno del presidente Joe Biden de que la frontera “no está abierta», a lo largo de la línea divisoria entre Estados Unidos y México no cesa el cruce de indocumentados mientras en las comunidades fronterizas los albergues trabajan para brindar ayuda, al tiempo que aumenta el número de arrestos y descubrimientos de “casas de seguridad” por parte de la Patrulla Fronteriza.

En las últimas semanas, la Patrulla Fronteriza ha reportado el constante cruce de indocumentados, principalmente familias y menores no acompañados. Solamente en Texas, la corporación reportó ayer el arresto en menos de 12 horas de más de 200 migrantes, la mayoría de los cuales cruzaron el fronterizo Río Grande en balsas de plástico o nadando.

Algunos migrantes tan pronto cruzan la frontera buscan entregarse de inmediato a los agentes fronterizos para solicitar asilo, mientras otros grupos han sido descubiertos dentro de “casas de seguridad” dispuestas por traficantes de personas.

Y otros más están siendo detectados dentro de camiones y autos, en arriesgadas tácticas que esta semana cobraron la vida de 13 migrantes en un aparatoso accidente en la frontera de California.

De acuerdo con cifras oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), en el último mes han sido arrestados 207 migrantes dentro de casas de seguridad en Arizona, California y Texas.

“Las familias siguen llegando; el flujo no ha parado”, dijo a Efe Norma Pimentel, directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande, una agencia de la diócesis de Brownsville, Texas.

El albergue de la organización recibe un promedio de 60 familias diariamente, incluyendo muchas que fueron obligadas a esperar en México la resolución de sus solicitudes de asilo bajo el programa de Protocolos de Protección al Migrante (MPP).

A finales de febrero, la Administración del presidente Joe Biden comenzó a permitir que familias migrantes del MPP comenzaran a ingresar a Estados Unidos por puertos de entrada en California y Texas.

El flujo de migrantes también ha sido constante en la frontera de Arizona, donde la Patrulla Fronteriza Sector Yuma reportó ayer el descubrimiento de 18 migrantes indocumentados dentro de una casa de seguridad.

La CPB asegura que 80 % de los migrantes que están siendo detenidos en la frontera son deportados prácticamente de inmediato bajo la Orden de Emergencia de Salud conocida como Título 42. Pero el resto, principalmente familias con niños pequeños, están siendo liberados en comunidades fronterizas con la promesa de que se presentarán ante un juez de inmigración para continuar sus casos de asilo.

“Los migrantes no deberían estar siendo liberados en comunidades que no tienen los recursos para asistirlos”, dijo a Efe Doug Nicholls, alcalde de la ciudad fronteriza de Yuma, Arizona.

El alcalde republicano sostiene que desde el pasado 15 de febrero, la Patrulla Fronteriza Sector Yuma ha liberado a 500 migrantes en esa ciudad.

Por el momento, grupos comunitarios están transportando a esos migrantes desde Yuma hasta el albergue Casa Alita en Tucson y albergues en Phoenix, donde se les brinda asistencia, un lugar donde dormir, comida y ayuda para llegar a su destino final.

Nicholls teme que las cosas “se puedan salir de control” y la crisis migratoria llegue al mismo punto que en 2019, cuando en el Sector de Yuma fueron liberados 5.400 inmigrantes que solicitaron asilo político.

De acuerdo con la cadena CNN, en los últimos 21 días la Patrulla Fronteriza arrestó alrededor de 340 menores no acompañados que cruzaron la frontera desde México. Los menores están siendo entregados al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) en albergues de todo el país.

Aunque la Administración Biden ha reiterado una y otra vez que la frontera “no está abierta”, críticos aseguran que al revertir el nuevo Gobierno las políticas de Trump los migrantes están viendo una nueva oportunidad para cruzar la frontera.

En enero pasado más de 5.800 niños no acompañados y casi 7.500 familias fueron detenidos por CBP a lo largo de la frontera. Las cifras de febrero aún no han sido dadas a conocer pero se anticipa que los números sean aun más altos.

El expresidente Trump afirmó este viernes que la frontera con México «está totalmente fuera de control gracias al desastroso liderazgo» del actual gobernante, Joe Biden, y le instó a poner fin a lo que definió como una «pesadilla fronteriza».

«Nunca ha habido un momento en nuestra frontera sur como el que está sucediendo ahora, pero lo que es más importante es lo que está a punto de suceder: (…) los inmigrantes ilegales de todos los rincones de la Tierra descenderán a nuestra frontera y nunca serán devueltos», aseveró en un comunicado de su oficina.

Según el expresidente, que durante su presidencia aplicó una política de «tolerancia cero» a la inmigración «ilegal» y avanzó en la construcción de un muro de separación con México, «cada hora ocurre una incursión masiva en el país por parte de personas que no deberían estar aquí, que empeora a cada minuto».