Londres.- La ministra británica del Interior, Priti Patel, tuvo que recurrir a un prerrogativa especial a fin de aprobar sus polémicos planes para enviar a migrantes a Ruanda debido a la oposición que encontró entre los funcionarios de su ministerio, informa este sábado la BBC.

En concreto, los empleados públicos encargados de sacar la iniciativa adelante expresaron su inquietud porque no podían demostrar con números, como es el procedimiento habitual, que sería rentable para el Reino Unido, señala la cadena pública.

Al mismo tiempo, el sindicato de funcionarios PCS ha tildado de «inhumanos» los planes, que proponen enviar a Ruanda en un principio a varones solteros que lleguen al Reino Unido ilegalmente en botes o camiones por el canal de la Mancha, de los que Londres concluya que son inmigrantes económicos y no refugiados.

La BBC apunta que Patel, que el pasado jueves firmó en Kigali el acuerdo por cinco años para la acogida de esos migrantes en situación irregular, tuvo que emitir una «directriz ministerial», por segunda vez en ese ministerio en 30 años, a fin de rubricar el programa, lo que significa que asume personalmente la responsabilidad sobre su viabilidad.

De acuerdo con el plan migratorio, estos inmigrantes podrían en principio quedarse en Ruanda a construir su vida allí.

La iniciativa del Gobierno conservador, parte de su estrategia para «recuperar el control de las fronteras» tras el Brexit, ha sido criticada por la ONU y numerosos diputados y organizaciones humanitarias británicas, que cuestionan su legalidad, la ética y el coste.

Más de 160 organizaciones no gubernamentales tacharon de «cruel y mezquina» la medida, censurada también por parlamentarios conservadores y el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, que la calificó de «impracticable» y con un coste «exorbitante».

La secretaria general adjunta de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Gillian Triggs, dijo ayer a BBC Radio 4 que la agencia «condena enérgicamente la subcontratación de la responsabilidad (de los Estados) de considerar el estatus de refugiado» entre los solicitantes de asilo.

En declaraciones al programa «World At One», la expresidenta de la Comisión Australiana de Derechos Humanos añadió que el plan británico es «preocupante», particularmente cuando actualmente hay países que acogen a millones de refugiados ucranianos desplazados por el conflicto en su país. 

(ir)