La migración producto de la inequidad y de los efectos de la pandemia y los fenómenos climáticos siguen afectando a los escolares de Honduras,

Tegucigalpa – Más de un millón de niños y adolescentes entre 4 y 17 años de edad están «fuera del sistema educativo» en Honduras, de ellos más de 500.0000 es por razones socioeconómicas como la pobreza, alertó este viernes la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ).

“Hay más de un millón de niños que están fuera del sistema educativo, esto no solo en el año 2022, es un rezago histórico”, subrayó a EFE el director de Educación de la ASJ, capítulo local de Transparencia Internacional (TI), Dennis Cáceres.

Afirmó que el 50 % de estos estudiantes no llegan a las aulas de clases “por razones socioeconómicas, es decir, la pobreza impacta directamente en si el estudiante llega o no al centro educativo”.

Según el censo nacional, citado por Cáceres, al menos 3 millones de estudiantes deberían estar en el sistema educativo de Honduras, país que en 2022 registró 1,8 millones de alumnos en las aulas.

MERIENDA ESCOLAR MEJORA RENDIMIENTO ESCOLAR

Señaló, sin precisar cifras, que la reprobación de estudiantes aumentó en 2022 y para 2023 el panorama “es más triste” porque un grupo de alumnos en extrema pobreza llegará al centro educativo con “la idea de comer” la merienda escolar.

Cáceres lamentó que el Estado “no es capaz de poner esa merienda escolar al principio del año como un gancho” para atraer más estudiantes a la escuela.

En los centros educativos donde “nunca falta la comida, nunca faltan los estudiantes y el rendimiento académico es más alto”, enfatizó el experto, quien aseguró que otros 300.000 niños y adolescentes abandonaron los estudios por decisión propia.

La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, anunció el 1 de febrero, durante la inauguración del año lectivo, que los estudiantes del sistema educativo público tendrán matrícula gratis y merienda escolar.

CALIDAD Y ANALFABETISMO

Cáceres considera que mejorar la calidad de la educación y acabar con el analfabetismo, que afecta a por lo menos 800.000 personas en Honduras, deben ser prioridades del Gobierno.

«El analfabetismo en este país es arriba del 12 %, es decir, que más de 800.000 personas no saben leer ni escribir, pero estas personas si eligen presidente, diputados, son utilizados en la política, ya sea por un partido de izquierda o un partido de derecha, aquí todos se benefician de esa población analfabeta», enfatizó.

Lastimosamente, añadió, este rezago «impacta más en los más pobres» porque las escuelas del sector público «no han sido prioridad» para los políticos ya que sus hijos «no están en la escuela pública».

Honduras tiene una tasa de cobertura de 90 % en educación primaria, pero necesita mejorar la calidad, mientras que en la preescolar no llega al 35 %, según datos de la ASJ.

Solo 2 de cada 10 niños hondureños que cursan el primer grado de primaria terminan la educación media y solo 2 ingresan a la universidad, indicó Cáceres.

EXCLUSIÓN EDUCATIVA

En Honduras «hay una exclusión educativa sistemática y es histórica, estructural, que no es capaz un solo Gobierno de poderla resolver», apostilló el experto de la ASJ, quien lamentó que el 95 % del presupuesto asignado a Educación es para pagar salarios.

Cáceres cree que Honduras podría tardar hasta medio siglo en garantizar una tasa cobertura educativa del 100 % debido a la baja inversión en educación.

En Honduras, la brecha en infraestructura educativa se arrastra desde hace décadas, pero el cierre y abandono de los últimos dos años por la pandemia y los huracanes Eta e Iota la agudizó, agregó.

Muchos centros educativos presentan techos rotos, filtraciones, pupitres, ventanas y puertas rotas, paredes caídas o despintadas, así como falta de servicios públicos o de profesores.

Según Cáceres, el país necesita alrededor de 3.000 millones de dólares para reforzar o reconstruir las escuelas o colegios dañados, el doble del presupuesto asignado a Educación.

El ministro de Educación, Daniel Sponda, mencionó hace unos días que el Gobierno ha reparado más de 1.000 centros educativos, de unos 12.000 dañados.

La ASJ instó al Gobierno a garantizar 200 días de clases, la merienda escolar, uniformes, útiles escolares y textos a los docentes como «macro políticas de enganche» para atraer este año a al menos dos millones de estudiantes.