Sevilla (España), – Varios miles de aficionados de Portugal y Bélgica llenaron este domingo de colorido y buen ambiente el centro histórico de Sevilla, entre bebidas y viandas en las horas previas al partido de octavos de final de la Eurocopa entre ambos en el estadio de La Cartuja, en medio de un clima festivo y de convivencia en las zonas más turísticas de la ciudad.

Los seguidores lusos, más numerosos por su mayor cercanía a la capital andaluza y también más ruidosos y pasionales, y los belgas se dejaron ver por el casco antiguo de Sevilla, uno de los más grandes de Europa, aunque en grupos reducidos y sin masificaciones, copando terrazas y veladores a la espera de ese encuentro decisivo.

Tras varias horas de viaje, en avión o en vehículos particulares, desde sus respectivos destinos, ambas aficiones disfrutaron de un día de convivencia en la zona más monumental de Sevilla, en una jornada con un poco menos de calor que otros días al soplar una ligera brisa y unos 30 grados centígrados a primera hora de la tarde.

Con las medidas anti-covid 19 muy presentes, a pesar de no ser ya obligatorio en España el uso de mascarillas en exteriores siempre que se mantenga la distancia de seguridad o no haya aglomeraciones, portugueses y belgas pasearon y degustaron tapas y bebidas por la zona más histórica de la ciudad en un clima de total convivencia.

Con banderas de ambos países y los seguidores luciendo camisetas o gorras de sus respectivos equipos, coparon las terrazas y veladores de los establecimientos del casco antiguo de Sevilla, como ya ocurrió en los tres partidos de España en la fase de grupos de la Euro 2020 en La Cartuja, ante Suecia, Polonia y Eslovaquia.

La Policía Nacional estima que han llegado a la capital andaluza unos 3.000 portugueses y alrededor de 2.000 belgas con entradas, aunque la cifra se habrá incrementado con aquellos que han viajado sin tener comprada una localidad, precisó a Efe un portavoz policial del dispositivo de seguridad en la Plaza de San Francisco de Sevilla.

Mientras en este céntrico espacio de la ciudad seguidores de ambas selecciones, entre bebidas y viandas para reponer fuerzas, rivalizaban en cánticos de apoyo a sus equipos, con predominio numérico y en griterío de los vecinos lusos, este portavoz policial destacó que «hay un ambiente tranquilo, de convivencia y sin ningún incidente».

«Es un ambiente de fiesta, con normalidad y respeto a las normas. Está todo absolutamente tranquilo, sin ninguna incidencia y las dos aficiones disfrutando de un día festivo y de calor en Sevilla», recalcó a Efe el portavoz policial.

En uno de los bares donde se mezclaron ambas aficiones, Gabriel, un estudiante belga de Turismo en Murcia, explicó a Efe que se habían juntado amigos de varias nacionalidades, un irlandés, un hispano-afgano y otro belga de Chimay, en la zona francófona, para pasar varios días en Sevilla y asistir al partido.

Llegaron este sábado en coche desde Murcia, adonde ya se había desplazado su amigo Martin en un vuelo desde Bélgica hasta Alicante, y todos confían en la victoria de los Diablos Rojos y en que sea «cómoda, sin mucho sufrimiento», resaltó en un perfecto castellano Gabriel, enamorado del fútbol ofensivo de Lukaku y De Bruyne.

«Me encanta Sevilla, es una de las ciudades más bonitas; su ambiente, todo es muy español. Los portugueses son muy ruidosos, pero muy buena gente», recalcó este estudiante belga mientras apuraba su bebida en medio de los cánticos de los seguidores lusos en las mesas de al lado.

Muy cerca, en la antigua Plaza del Pan, dos jóvenes parejas portuguesas disfrutaban de la monumentalidad de Sevilla, resguardándose del sol con sus camisetas rojas con ribetes verdes de Portugal.

«Hemos venido cuatro amigos en coche desde Lisboa, por primera vez. Nos gusta mucho su zona monumental y también las tapas. Vamos a ganar, nuestro ídolo es Cristiano Ronaldo», declaró a Efe Daniela, mientras se daba la vuelta para mostrar el reverso de su camiseta con su nombre y el dorsal número 7 del goleador de Madeira.

También han llegado apasionados al fútbol que nada, o casi nada, tienen que ver con las selecciones que pugnarán por el pase a cuartos de final de esta Eurocopa, como cuatro jóvenes de Friburgo, en la Suiza oriental, que aterrizaron este domingo en el aeropuerto de San Pablo, procedentes de Ginebra, dispuestos a pasar cuatro días de asueto en la capital hispalense.

Tres de ellos apoyan a Bélgica y sólo uno, el ‘Pepito Grillo’ del grupo, a Portugal. Ataviados con pantalones cortos y chanclas y zapatillas de deporte, refrescándose en uno de los bares de acceso al centro histórico, reconocen que les encanta la comida y las bebidas que, en una tarde relativamente calurosa, les ofrece Sevilla.

«Hemos venido por que nos gusta el fútbol. La mayoría apoyamos a Bélgica, aunque uno va con Portugal. Vamos a estar aquí cuatro días y, en lo futbolístico, el que más nos gusta es Kevin De Bruyne, un crack», manifestó a Efe Rafael, un joven trabajador, hijo de padre portugués y madre suiza, y que paradójicamente quiere que sea Bélgica la que pase a los cuartos de final.

Al margen de filias y fobias futbolísticas, los que sí han visto como un «balón de oxígeno» estos cuatro partidos de la Eurocopa jugados en Sevilla, los tres de España y este Bélgica-Portugal, son los hosteleros de la ciudad, como admitió en declaraciones a Efe Javier, el responsable de un bar en la Cuesta del Rosario, entre las concurridas plazas de El Salvador y de la Pescadería.

«Anoche vino mucha gente, estaba todo más animado, y estos cuatro partidos de la Eurocopa se están notando una barbaridad. Si hubiera podido cubrirse el aforo completo del estadio (60.000), hubiera sido mejor, pero este pellizco ha venido muy bien» a los bares y establecimientos de restauracion, precisó.

Al igual que en los tres encuentros del Grupo E jugados por España, y por las medidas de prevención frente al COVID-19, al estadio de La Cartuja sólo pueden acceder 16.000 espectadores, el 30 por ciento de su aforo. 

(ir)