Nueva York.– La periodista mexicana María Hinojosa, quien ganó este mes el premio Pulitzer por su podcast “Suave” y lleva casi tres décadas contando la actualidad de Estados Unidos, dice a Efe que la comunidad latina ha pasado de ser prácticamente «invisible» para los medios de este país a ser representada como problemática.
Desde su oficina, repleta de coloridos cuadros, libros y otros muchos galardones -entre ellos varios Emmy-, la fundadora del medio latino Futuro Media cuenta que el único cambio que ha visto en el país es que «la población latina de Estados Unidos está creciendo», pero esto no se ha traducido en interés por parte de los medios de comunicación.
«Seguimos, en su mayoría, esencialmente invisibles, quizás no tan invisibles como en los años 70 u 80. Pero ahora el problema es que los mismos medios de comunicación, por su falta de entendimiento de la realidad latina, nos ven como: ‘La comunidad latina: ¿problemática? Está creciendo: ¿Sospechosos?», anota la periodista que ha trabajado para medios como CBS, CNN y NPR.
Hinojosa señala que esto, en parte, se debe a que no hay diversidad en los medios de comunicación.
«El hecho de que los Pulitzer por primera vez reconozcan a una pequeña compañía de periodistas fundada por una mujer inmigrante mexicana latina de los Estados Unidos, eso sí tiene que ser como: ‘¡Híjole! ¿Cómo? ¿Qué pasó?», exclama.
La también escritora dice que no aspira a llegar a la prensa tradicional, sino a crear un nuevo camino dado que el futuro en el país va hacia uno mucho más latino y bilingüe, y por ello el material en el que está trabajando ahora de “Suave” incluirá muchas más conversaciones en español.
«UN PERFIL BRUTALMENTE HONESTO»
La Universidad de Columbia, que entrega los Pulitzer, calificó el podcast «Suave» como «un perfil brutalmente honesto e inmersivo de un hombre que vuelve a la sociedad tras pasar más de 30 años en la cárcel».
Futuro Media y la plataforma PRX consiguieron sintetizar en siete episodios cientos de horas de conversaciones entre Hinojosa y David Luis «Suave» González, un hombre que entró en prisión a los 17 años con la expectativa de pasar el resto de su vida entre rejas y que, finalmente, tres décadas después fue liberado gracias a la aplicación de un reglamento que permite revisar las condenas a menores.
La relación entre la periodista y el preso empezó cuando se conocieron en 1993 en la ceremonia de graduación de un grupo de reclusos de una cárcel de Pensilvania.
«A los periodistas en Estados Unidos, y mundialmente, se nos hace muy difícil llegar hasta detrás de las rejas. Yo quería entender qué pasa en una cárcel», recuerda.
«Cuando yo conozco a ‘Suave’ y me dice: ‘Voy a estar aquí toda mi vida’. Entonces yo digo ´tú vas a poder decirme todo lo que está pasando toda tu vida, porque ahora eres una fuente´. Pero también yo dije: ´Óyeme, este muchacho va a estar aquí toda su vida, yo soy mayor que él. Entonces yo puedo manifestarle un poco de afecto humano mandándole una tarjeta de Navidad’, porque sabía dónde iba a estar cada diciembre».
Y es que con el paso de los años, la línea profesional y la personal se fue difuminando e incluso en algunos momentos la periodista notaba que estaba actuando con un instinto más bien maternal.
SURGE EL PODCAST
La idea de crear un podcast de esta relación surgió al inicio de la década de los 2.000, cuando en sus conversaciones rutinarias con «Suave», el preso le comentó que la Corte Suprema de Estados Unidos tal vez iba a declarar inconstitucional las condenas a cadena perpetua sin revisión impuestas a menores.
«‘Suave’ y yo nunca hablábamos de: ‘¿Y si sales?’ No se habla de eso cuando una persona está sentenciada de por vida. Pero cuando él me dice: ‘La Corte Suprema tomó esta decisión. Es ahí cuando yo digo: ‘Tengo que empezar a grabar todo, tengo que regresar a verlo'», recuerda.
«La gente detenida, los que están detrás de las rejas, se han enterado del premio y ellos están felices», anota la comunicadora, pero reconoce que desde que ganaron el premio Pulitzer ningún superintendente de ninguna cárcel o departamento de seguridad la ha llamado.
«El sistema carcelario en Estados Unidos es una de las cosas más inhumanas que puede existir. Incluyo los centros de detención de inmigrantes, muchos de ellos en cárceles también. No se puede entender un país que tiene la mayor población del mundo tras las rejas. ¿Cómo entiendes eso en la democracia más moderna del mundo?, es una contradicción», concluye.