México – El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, calificó de «importantísima» su reunión de este jueves con su homólogo de El Salvador, Nayib Bukele, porque se pondrá en marcha el Plan de Desarrollo para Centroamérica, que es un «ensayo» para el resto del mundo.
«Es una manera distinta de abordar el fenómeno migratorio. No solo en lo que corresponde a México y Centroamérica, sino que es un ensayo general para ser aplicado en cualquier parte del mundo», subrayó el mandatario desde Palacio Nacional.
Este jueves, López Obrador se reúne con Bukele en el municipio de Tapachula, en el suroriental estado de Chiapas, para abordar el fenómeno migratorio y poner en marcha el Plan de Desarrollo para Centroamérica, que busca frenar el éxodo con inversión económica.
«Vamos a tener un encuentro con el presidente de El Salvador para iniciar la cooperación en materia de impulso a actividades productivas y creaciones de empleo en el sureste (de México) y en países de Centroamérica, es un encuentro importantísimo», recalcó el líder del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Sobre el mediodía, López Obrador recibirá a Bukele en la Base Aeronaval de Tapachula, y a continuación ambos mandatarios realizarán un recorrido por el Vivero Forestal Militar localizado frente a la Administración Portuaria Integral (API).
A las 14.00 hora local (19.00 GMT), los presidentes encabezarán la presentación del programa «Sembrando vida. Plan de Desarrollo para la Migración» y posteriormente compartirán un almuerzo de trabajo en privado.
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, sostuvo este miércoles un encuentro con el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, en la sede de la ONU en Nueva York, para comunicarle de la implementación del Plan de Desarrollo Integral con Centroamérica.
De acuerdo con la Cancillería, este plan está elaborado por los Gobiernos de El Salvador, Guatemala, Honduras y México, con la participación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU (Cepal).
Desde mediados de octubre de 2018 se registró un aumento inusitado en el número de migrantes, principalmente centroamericanos, que ingresan rutinariamente a México con el objetivo de llegar a Estados Unidos, lo que desató una crisis entre los dos países.
Ante el aumento del número de migrantes irregulares y de solicitantes de asilo que llegan a Estados Unidos, el presidente de ese país, Donald Trump, amenazó el 30 de mayo pasado con imponer aranceles a todos los productos mexicanos.
Tras unas arduas negociaciones en Washington, el 7 de junio se anunció un acuerdo que prevé el envío de 6.000 efectivos de la Guardia Nacional de México a la frontera sur, entre otras medidas para contener la migración. A cambio, Estados Unidos retiró la amenaza de las tarifas.
El acuerdo prevé un periodo de 45 días para evaluar los resultados de las medidas y, si EE.UU. estima que son insatisfactorios, los dos países entrarían en negociaciones para adoptar medidas adicionales.