Tegucigalpa – La procesión del Santo Entierro que tuvo una multitudinaria participación en las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela durante la tarde y noche de este viernes sellaron la devoción y fe del Viernes Santos en Honduras.
– La procesión del Santo Entierro tiene como finalidad reflexionar sobre el camino de Jesús después de su muerte hacia el sepulcro y quienes le acompañaron como su madre María y el discípulo amado Juan.
– Genuflexiones, oraciones públicas y hasta en el sacrificio de cargar las pesadas ramblas en las que se escenifican diversos pasajes bíblicos de la muerte del Hijo de Dios fueron los actos devocionales de propios y extraños en el Santo Entierro.
La procesión que recorrió las principales calles y avenidas de ambas ciudades en la capital del país reunió a miles de feligreses católicos y turistas religiosos que hicieron una pausa en su asueto para participar del acto devocional.
Las características andas procesionales con las diferentes imágenes no dejaron nada que desear ya que las mismas fueran decoradas con múltiples detalles que encantaron a los presentes.
Más de tres meses requirió a los Caballeros del Santo Entierro preparar las andas y prepararse para este día.
Sin incidentes que reportar la actividad religiosa nuevamente fue un éxito y selló los actos devocionales y tradicionales característicos del segundo día del Triduo Pascual.
Las imágenes del Cristo de la Misericordia y Cristo Yacente fueron las más veneradas por la feligresía católica.
Las imágenes de Jesús en el sepulcro así como de los apóstoles Pedro y Juan y de María Magdalena también estuvieron presentes en esta edición del Santo Entierro.
En esta ocasión la procesión tuvo un acompañamiento multitudinario ya que después de tres años de pandemia se suspendieron todas las acciones restrictivas.
La última acción que tomó fue derogar el decreto que exigía el uso de tapabocas, por lo que ahora este es opcional y no obligatorio.
Como se esperaba, por parte de las autoridades católicas, la participación fue masiva después de la suspensión de las restricciones a causa de la pandemia.
Peculiarmente la feligresía clamó por las economías de las familias y por el bienestar de Honduras al pasar por los edificios del antiguo Banco Central de Honduras y por el Hemiciclo Legislativo.
Los sacerdotes, que en todo momento instaron a la reflexión del sacrificio de Jesús en la Cruz, insistieron que esto no termina aquí y que solo es el camino de preparación para el Domingo de Resurrección el cual se continúa celebrando en cada Eucaristía ya que la misma rememora la resurrección del Señor Jesús.
Las ciudades gemelas de Tegucigalpa y Comayagüela fueron epicentros de la devoción masiva del Viernes Santo, sin embargo, en las distintas comunidades se celebró distintos actos devocionales que también alimentan la fe católica.
Aunque se trata de un día destinado principalmente para la reflexión, la feligresía no dejó escapar la oportunidad para pedir paz para Honduras, país que se sumerge en una ola de violencia y una crisis política.