Tegucigalpa – Autoridades del próximo gobierno de México presidido por Andrés Manuel López Obrador cree que puede hacerse cargo de un millón de inmigrantes y garantizarles el empleo que no encuentran en sus países.

– La caravana que aglutina más de siete mil emigrantes partió el pasado 13 de octubre de la norteña ciudad de San Pedro Sula.

– Tras participar en la caravana más de cuarro mil hondureños retornaron voluntariamente al país, según datos oficiales.

En ese sentido, Olga Sánchez Cordero, futura secretaria de Gobernación, afirmó que el próximo gobierno tiene la capacidad para dar empleo hasta a un millón de migrantes provenientes del Triángulo Norte de Centroamérica integrado por Guatemala, El Salvador y Honduras.

“Vamos a dar visas temporales de trabajo y vamos a procurar también que nuestros amigos del Triángulo Norte de Guatemala tengan oportunidades para trabajar en nuestro país; lo acaba de decir el presidente electo, quiere darle oportunidad a nuestros amigos guatemaltecos, hondureños y salvadoreños para que vengan a trabar en nuestro país. Calculamos que México puede hacerse cargo de un millón de personas para trabajar”, apuntó la también exministra de la Corte.

El desempleo y la falta de oportunidades es la principal causa, en el caso de Honduras, de la emigración. Anualmente unos 100 mil “catrachos” emprenden la ruta migratoria con el objetivo de una mejor vida.

México se ha convertido en un destino para los migrantes hondureños que se han asentado por meses en ese país en espera de poder llegar a Estados Unidos.

Al respecto, la futura secretaria de Gobernación de México criticó que “desgraciadamente, hasta hace un año, la política migratoria en nuestro país era una política represiva, era una política en donde no consideraban los derechos humanos de los migrantes; prácticamente las estancias migratorias que hay en nuestro país, son estancias migratorias como prisiones, a veces hasta peores que las prisiones que tenemos y eso tiene que cambiar”.

Apuntó que “no se puede evitar el flujo migratorio del Triángulo Norte de Centroamérica, que son los grandes expulsores que llegan a México; hoy tenemos una caravana, pero lo que si podemos hacer, en colaboración y coordinación con nuestros hermanos guatemaltecos hondureños y salvadoreños, es que juntos comencemos a detonar un desarrollo que implique que nuestra gente se quede en sus lugares de origen y no tengan que ir a buscar trabajo o nuevas oportunidades, sobre todo en México y en Estados Unidos”.

“Vamos a detonar desarrollo en el sureste. Tenemos estados en nuestro país que están creciendo, algunos de ellos, como Aguascalientes, en dos dígitos, pero tenemos estados en donde estamos decreciendo en -cuatro por ciento-, que obviamente es la frontera con Guatemala, con Belice, entonces por eso queremos detonar el desarrollo, porque uno de los grandes temas de violencia es la falta de oportunidades”, resaltó.

La exministra de la Corte se convertirá en ministra del Interior del primer gobierno de izquierda en el país, puesto al que llegará a defender propuestas polémicas como acoger y garantizar empleo a un millón de inmigrantes del Triángulo Norte de Centroamérica.

Actualmente, la caravana de migrantes se encuentra en la ciudad de Matías Romero del estado sureño de Oaxaca.

Los migrantes, más de cuatro mil, pasaron dos noches en Juchitán, que los acogió con hospitalidad. Son los que mantienen su intención de alcanzar la frontera con Estados Unidos de los más de siete mil que entraron a México el 19 de octubre desde Guatemala.

A ellos se suman otros dos mil que ingresaron el 29 de octubre y que aún están en el fronterizo estado de Chiapas.

En tanto, unos 500 salvadoreños que salieron el pasado domingo rumbo a Estados Unidos ya solicitaron esta semana asilo en México, informó el miércoles la viceministra para Salvadoreños en el Exterior, Liduvina Magarín.

«Las autoridades han decidido que, mientras esperan la decisión final de si califican o no para el asilo, van a tener libre movilidad dentro del estado de Chiapas» y que pese a las «limitaciones» que esto implica «van a estar protegidos», sostuvo en San Salvador.

Una segunda caravana salió el mismo miércoles de la capital salvadoreña rumbo a Estados Unidos, pasando por Guatemala y México.

El gobierno de El Salvador contabilizó hasta el jueves un total de mil 778 migrantes en esta nueva caravana, de los cuales 268 desistieron de seguir el trayecto y mil 510 siguieron la ruta y se encuentran ya en Guatemala a la espera de la oportunidad de cruzar a México.

Por su parte, el secretario mexicano de Gobernación, Alfonso Navarrete, declaró el miércoles que unos 700 centroamericanos de los distintos grupos que ya están en México han sido repatriados por voluntad propia, en tanto que alrededor de dos mil 200 se han adherido a un plan gubernamental para facilitar la solicitud de refugio.

Los vicecancilleres encargados de temas migratorios de El Salvador, Guatemala, Honduras y México, reunidos el martes en Ciudad de México, coincidieron en que el flujo de miles de migrantes que se registra desde mediados de octubre es «inédito y atípico».

Los delegados apuntaron que el fenómeno «requiere de una atención especial por parte de los Gobiernos para garantizar el respeto de sus derechos humanos, proveer asistencia humanitaria, al tiempo de mantener una migración segura, ordenada y regular y con apego a las leyes migratorias de cada país».