Fotografía cedida por Katherine Gruber donde aparece la caricaturista venezolana Rayma Suprani posando junto al anuncio de su exposición "Yo inmigrante Houston. EFE/Katherine Gruber

Houston (EEUU) – Rayma Suprani, una de las humoristas gráficas mas reconocidas de Venezuela, muestra desde este sábado en Houston (Texas) su exposición itinerante «Yo inmigrante Houston», en la que con su humor ácido refleja el drama del exilio venezolano.

Rayma, como es conocida, quien durante 19 años trabajó haciendo caricatura política editorial para el diario El Universal de Caracas y actualmente vive en los Estados Unidos, decidió embarcarse en esta exposición para aliviar una inquietud a modo de catarsis.

«Decidí echar una mirada a esto, que emocional y psicológicamente me estaba pasando no solo a mi sino a mi entorno, y esto se volvió algo que de lo personal paso a lo colectivo», explicó Rayma, periodista de formación, durante una entrevista con Efe.

La humorista gráfica se exilió en Miami en 2015 debido a las amenazas que recibía tras ser despedida por publicar una caricatura en la que utilizó la firma del expresidente Hugo Chávez para satirizar su legado y el estado del sistema de salud en Venezuela.

«Esta exposición es tan emocional porque me permite hacer una conexión con otras personas de la diáspora, lo que me constata que el país existe, que no fuimos borrados», comentó.

«La obra de Rayma conecta directo con el público pero tiene mucha más profundidad de lo que (…) pareciera en un primer momento y eso es algo interesante de su obra que no necesariamente lo tienen otros artistas», dice Rosa Ana Orlando, museógrafa del proyecto.

Son un total de 42 ilustraciones que muestran el «proceso de desarraigo, de identidad, de reconstruirse» del exilio venezolano y exploran desde la mirada y la experiencia personal de la artista gráfica, las emociones de quienes tienen que abandonarlo todo, trasladarse a otras tierras e iniciar un nuevo camino.

«Creo que la exposición traspasa mucho, su hilo de Ariadna, su hilo conductor, es un hilo emocional que te lleva a tu propio viaje», explicó Rayma.

El BAG Art Gallery de Houston, donde estará hasta el 31 de marzo, es la segunda parada de esta muestra itinerante, que se presentó en enero en Coral Gables, municipio aledaño a Miami, y está programado que viaje a Barcelona (España) y quizá luego a Suramérica.

Algunos de los dibujos se adaptan a la cultura houstoniana, como la frase en uno de ellos: «Venezuela we have a problem», recordando el «Houston we have a problem» de los astronautas del Apollo XIII.

Rayma dice estar ahora más interesada en trabajar en el plano social y humano de las personas que en el político o económico.

«Ahora siento que puedo ayudar más a crear puentes, mis últimos proyectos han sido transformar el dibujo en arte y el arte en ayuda, no sólo psicológica sino también en ayuda monetaria para enviar insumos a Venezuela, al igual que concientizar un activismo que creo que es importante en estos momentos», señaló.

Según Rayma, la caricatura «es el termómetro de un país, porque (…) depende de lo que acontece a una sociedad ya sea político, económico o social», se convierte en una «catarsis, una terapia».

«Para mí la caricatura es traducir la película completa en un solo cuadro y poder decir mucho con poco», explicó.

El caricaturista, para ella, tiene un compromiso y debe hacer un trabajo «importante de despojarse de sus propios miedos y tabúes para no traicionarse a sí mismo» ni cegarse en ciertos temas.

Rayma es uno de los protagonistas del documental «Caricaturists-Footsoldiers of democracy» (Caricaturistas-soldados de la democracia), de la directora francesa Stephanie Valloatto que en 2014 se presentó en el Festival de Cannes.

«Creo que ese documental ayudó mucho a entender que casi todos los totalitarismos son iguales», afirmó las humorista gráfica.

Sobre el futuro de los venezolanos en el exterior se mostró esperanzada, pero con matices.

«Todos queremos regresar, pero no vamos a regresar al país que éramos, porque ya no somos los mismos, esto lo digo de una forma positiva porque creo en el cambio, en la madurez y en el aprendizaje», señaló.

«Cuando acabe este horror habrá mucha gente que tendrá mucho por aportar y decidir por valores más positivos», concluyó.