Tegucigalpa – La jornada dos del torneo Clausura de Honduras que se abre este sábado tendrá como principal atractivo el clásico entre Real España y Olimpia, dos de los cuatro mejores equipos del fútbol local.

El clásico lo disputarán el sábado el Real España, que dirige el uruguayo Ramiro Martínez, y el Olimpia, último campeón, que tiene como timonel al argentino Pedro Troglio.

El Real España llega a la segunda fecha como noveno en la clasificación, sin puntos, contra el Olimpia, que ocupa la segunda posición, con tres enteros.

El segundo partido del sábado lo jugarán el Universidad Pedagógica y el Honduras Progreso, en la ciudad de Choluteca, fronteriza con Nicaragua.

Los «lobos» universitarios ocupan la cuarta casilla de la tabla de clasificación, con un punto, mientras que Honduras Progreso es séptimo, con una unidad también.

El Vida, que ocupa la sexta posición con un punto y tiene como timonel al uruguayo Fernando Araújo, recibirá al Marathón, que tiene como entrenador al argentino Héctor Vargas y es quinto, con una unidad.

La jornada se completará el próximo domingo con dos juegos.

El Real de Minas, octavo lugar sin puntos, tendrá la visita del Platense, último en la clasificación.

Dirigido por el argentino-hondureño Diego Vásquez, el Motagua es líder del torneo con tres puntos, seguido del Olimpia y el Real Sociedad, que también tienen tres unidades, pero el primero tiene mejor diferencia de goles, y medirá fuerzas con el Real Sociedad.

El Olimpia, Motagua y Universidad Pedagógica tienen su sede en Tegucigalpa, pero no pueden jugar en el Estadio Nacional debido a que el recinto deportivo permanece cerrado todo el mes de enero por diversos trabajos de restauración.

Entre las obras de restauración destacan «el recubrimiento de grietas, reforzamiento del muro perimetral y de graderías, especialmente en las zonas donde se ha corroborado más desgaste por el tiempo».

Las autoridades realizarán además trabajos en las estructuras de iluminación del estadio de Tegucigalpa puesto que tienen problemas de corrosión, cuyas obras requieren una inversión de unos 8 millones de dólares.