Jartum.- Miles de desplazados de la región sudanesa de Darfur se manifestaron este domingo en los dos principales campamentos de la zona para mostrar su rechazo al final del mandato de la misión de paz de la ONU el próximo 31 de diciembre, decisión adoptada por el organismo internacional y celebrada por Sudán.

Unas 8.000 personas se manifestaron en el campamento de Kalima, en el estado de Darfur Sur, y otras 5.000 en el de Abu Shuk, en Darfur Norte, que son los dos mayores campos de la región, y corearon lemas como «ni paz ni seguridad sin UNAMID».

El portavoz de la coordinación entre los campamentos de desplazados y refugiados de Darfur, Adam Reyal, dijo a Efe por teléfono desde Kalima que los residentes en «155 campamentos de desplazados en la región y 20 de refugiados en Chad y la República Centroafricana protestaron por el término de la misión de la UNAMID».

Los manifestantes exigen al Gobierno sudanés y al Consejo de Seguridad de la ONU que anulen la retirada de la misión conjunta de Naciones Unidas y la Unión Africana, desplegada en Darfur desde el conflicto que ensangrentó la región entre 2003 y 2008.

«El Gobierno no es capaz de proteger a los agricultores (…) además continúan los asesinatos, los saqueos y las violaciones. Si no se cancela la decisión, los crímenes continuarán» en Darfur, denunció Reyal.

Reyal destacó el papel de la misión en documentar la violencia y mantener la comunicación con las autoridades, en un momento en el que existe sobre el terreno «falta de confianza entre las fuerzas de seguridad y las comunidades de desplazados».

«Tenemos mucha esperanza de que el Consejo de Seguridad se retracte antes de la retirada por completo de la misión el próximo 30 de junio», concluyó el portavoz.

Esta semana, el Consejo de Seguridad votó unánimemente a favor de poner fin al mandato de la UNAMID el 31 de diciembre de 2020 y la retirada de todo su personal antes del 30 de junio de 2021.

La misión híbrida fue creada en 2007, cuatro años después de que grupos armados de Darfur se levantaron en armas contra el Gobierno central en protesta por la pobreza y la marginación que sufrían los habitantes de la región, escenario de una cruenta contienda que causó la muerte de más de 300.000 personas, según cifras de la ONU.

A día de hoy, muchos residentes no han podido regresar a sus tierras y hogares, y algunos de los que lo han hecho han sido víctimas de nuevo de la violencia.