Tucson (AZ) – La demócrata Regina Romero, la primera mujer y la primera latina en llegar a la Alcaldía de Tucson (Arizona) fue reelegida este martes para un segundo término de cuatro años.

La alcaldesa obtuvo el 61 % de los votos frente al 31 % de la republicana Janet Wittenbraker, según los conteos preliminares con el 95 % de los votos escrutados.

Romero, que forma parte de un comité que asesora la campaña de reelección del presidente Joe Biden de 2024 para llegar a los votantes latinos, se enfrentó también al independiente Ed Ackerley, que obtuvo el 7 % de los votos, y al libertario Arthur Kerschen (1.37 %).

Romero, hija de padres mexicanos inmigrantes, hizo historia en 2019 al ser elegida como la primera latina alcaldesa de Tucson.

En una entrevista previa con EFE, la demócrata aseguró que el voto latino es de gran importancia y que ella misma es un ejemplo de que más hispanos están alcanzando puestos de gran importancia gracias al apoyo en las urnas de esta comunidad.

La alcaldesa dijo estar comprometida para seguir trabajando en su plataforma a favor del medio ambiente y posicionar a Tucson como la ciudad “sustentable del desierto” ante la grave sequía que enfrenta la región.

La latina se ha comprometido con programas de conservación de agua y proyectos que ayuden a enfrentar los efectos del calentamiento global.

Originaria de la ciudad de Somerton, en el condado de Yuma, en Arizona, Romero asegura que haber crecido en la zona fronteriza le ha ayudado a entender mejor la dinámica y los problemas de esta región.

Romero fue concejal en la ciudad de Tucson, cargo en el que abogó por la comunidad latina y los inmigrantes. Particularmente en momentos cuando fueron el blanco de duros ataques tras la aprobación de la ley estatal SB1070 en 2010 en Arizona, considerada que promovía la discriminación.

Esta legislación otorgó el poder a los departamentos de policía de cuestionar el estatus migratorio de las personas que sospechaban que fueran inmigrantes indocumentados por su apariencia.

Aunque gran parte de la legislación fue anulada por un fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos, algunos aspectos se mantienen en efecto hasta la fecha.

Ciudades como Tucson han aprobado regulaciones para evitar prácticas de discriminación racial a cargo de la policía al momento de detener a personas, muchas veces durante infracciones de tráfico.