Chicago (IL) – Con el avance de la caravana de centroamericanos hacia Estados Unidos, el Partido Republicano, con el presidente Donald Trump a la cabeza, ha endurecido su posición sobre el tema migratorio y lo ha convertido en un pilar de su campaña para detener el avance demócrata en las legislativas.
Según analistas, a nivel local y estatal, los candidatos republicanos han adoptado el «juego racista» del presidente, convencidos de que jugar duro galvaniza el voto conservador, tal y como sucediera en 2016 cuando Trump llegó a la Casa Blanca.
El 6 de noviembre se votará para renovar toda la Cámara de Representantes, 35 de los 100 escaños del Senado y se elegirá a 36 gobernadores, y las encuestas anticipan que los republicanos podrían perder el control de la Cámara baja.
Por ello, Trump ha instado a sus compañeros de partido a que utilicen el tema migratorio para subir en intención de voto ahora que las cifras de indocumentados en la frontera sur del país están subiendo.
«Los republicanos deben hacer de las horrendas, débiles y obsoletas leyes de inmigración y la frontera una parte de las elecciones de medio término», escribió Trump en Twitter, donde aseguró que este es un «gran tema» para que los suyos exploten en la campaña.
Y hoy aumentó la presión al anunciar que, como México no ha «podido detener la caravana» que partió de Honduras, entre la cual hay «criminales y gente desconocida de Medio Oriente», el país enfrenta una «emergencia nacional» y pide a los electores que lo tengan en cuenta en las urnas.
También afirmó que comenzará a «recortar o reducir sustancialmente» la enorme ayuda que Washington suministra de manera «rutinaria» a Guatemala, Honduras y El Salvador por no haber «impedido» el avance de la caravana de inmigrantes.
«El presidente ha cambiado la dinámica del juego político y ha logrado que los integrantes de su partido político se acomoden a una nueva realidad donde ya no hay lugar para la cautela y la corrección política», consideró el profesor de ciencias políticas de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) Eduardo Gamarra en declaraciones a Efe.
En opinión del académico, los candidatos republicanos realizan una campaña «extraordinariamente dura» en todos el país y no solamente en las zonas donde se concentran más los inmigrantes, con «total aversión por la inclusión».
Un estudio realizado por la Universidad Wesleyan señala que el tema migratorio y la mano dura propiciada por Trump dominaron más de 14.000 anuncios publicitarios divulgados por televisión por los candidatos republicanos en todo el país, muchos de ellos donde el debate migratorio no es habitual.
En Oregón, según este estudio, en el 46 % de todos los anuncios emitidos en agosto pasado se mencionaba el tema migratorio, mientras que Indiana esa cifra fue del 43 % y en Michigan, el 35 %. En total, el 26 % de los comerciales del Partido Republicano trataban sobre este particular.
Algunos de ellos prometían poner fin a las denominadas «ciudades santuario», en referencia a aquellas que rechazan colaborar en programas migratorios voluntarios de las autoridades federales y que el presidente no ha conseguido desmantelar a pesar de sus diversos intentos.
En otros se afirma que la caravana de centroamericanos es una conspiración financiada por el millonario y filántropo estadounidense George Soros, que pretendería invadir la frontera con migrantes a pocos días de las elecciones.
No en vano, Trump ha llegado a decir que el tema migratorio es para él, como presidente, «mucho más importante» que el comercial y amenazó con un cierre militar de la frontera sur debido a la llegada de la caravana.
Según Gamarra, el mensaje de Trump de que las «hordas de hondureños van a amenazar» a los Estados Unidos funciona mejor que el demócrata, de que se trata de gente que huye del terror y la miseria.
«La estrategia de Trump es clara», declaró por su parte en un comunicado, Frank Sharry, director ejecutivo del grupo proderechos de los inmigrantes America’s Voice.
«Provocar el temor a los inmigrantes, actuar con crueldad y explotar cínicamente las divisiones para obtener puntos políticos», es lo que busca el presidente, para quien la xenofobia es «un pilar fundamental del trumpismo», señaló.
En opinión de Sharry, los demócratas no pueden bajar el nivel o caer en la provocación republicana si aspiran a recuperar la mayoría en las dos cámaras del Congreso.
Según las últimas encuestas, los demócratas tendrían el 76 % de posibilidades de ganar los escaños que necesitan para obtener la mayoría en la Cámara de Representantes, pero en el Senado los republicanos tendrían el 66 % de mantener su control.