Tucson (AZ) – Utilizando como «arma» aguja, hilo y pedazos de telas, dos proyectos denuncian en el Centro de Poesía de la Universidad de Arizona (UA), en Tucson, la muerte de cientos de migrantes en la frontera con México en su búsqueda del «sueño americano».
El trabajo de los proyectos Colcha Migrante y Fuentes Rojas ha dado pie a la muestra «Hilos rotos, vidas desenredadas», que puede verse hasta el 20 de abril en el espacio que tiene el Centro de Poesía en UA.
Ambos grupos utilizan la costura para denunciar y al mismo tiempo rendir homenaje a los cientos de inmigrantes que han perdido la vida en la frontera arizonense, así como a las víctimas del narcotráfico proveniente del país vecino.
La activista Jody Ipsen encontró la inspiración para confeccionar edredones en lo que muchos considerarían «basura» dejada por los inmigrantes en el desierto: pedazos de camisas, pañuelos, mochilas, suéteres, blusas, pantalones.
La idea del Proyecto de la Colcha Migrante (MQP, por sus siglas en inglés), con base en Tucson, surgió en el 2005, cuando Ipsen recorría el desierto como parte de su trabajo con grupos humanitarios.
«En los pedazos de ropa encontramos una forma de ayudar, no solo para honrar a las personas que han fallecido (en el trayecto), sino también educar a otros sobre las muertes en el desierto», dijo Ipsen a Efe.
Cada manta tarda aproximadamente seis meses en ser confeccionada por voluntarios, artistas y diseñadores que quieren dar «visibilidad a la trágica pérdida de vidas humanas», matizó Ipsen.
Se trata de llevar el arte popular al concepto humanitario que les mueve. Cada manta toca un tema diferente como la Virgen de Guadalupe, el desierto de Arizona o incluso la bandera de los Estados Unidos, transfigurada en un paisaje con el cielo estrellado -el del desierto- encima de las barras de la insignia nacional.
Desde del inicio del proyecto hasta la fecha, han realizado 17 diferentes colchas, una por cada año fiscal.
Comienzan en el 2000, cuando las autoridades decidieron contabilizar las muertes de migrantes dentro del Sector Tucson de la Patrulla Fronteriza.
«Cada una cuenta con el nombre de los migrantes fallecidos en el año que corresponde, y cada una con un diferente diseño», destacó Ipsen.
La voluntaria indicó que cada nombre de alguien que perdió la vida intentando llegar por el desierto a EEUU es sumamente especial. Para las personas que en el tránsito murieron y nunca fueron identificadas solo se escribe «desconocido» o «desconocida».
«Cada cobija es un obra de arte, pero tiene un poderoso mensaje, queremos que la gente comprenda la enorme pérdida de vidas en nuestra frontera. Un promedio de 150 personas mueren cada año», enfatizó Ipsen.
La costura y el bordado también son utilizados como expresión artística por el Proyecto Fuentes Rojas, Bordando por la Paz, que comenzó en Ciudad de México en 2011 y se ha extendido a otros países como Argentina, España y los Estados Unidos.
Suzanne Hesh, de Fuentes Rojas en Tucson, dijo a Efe que los pañuelos de color blanco que utilizan son un símbolo de las «lágrimas» que padres, madres, hermanos, hermanas han derramado por las víctimas del narcotráfico en México.
El hilo de color rojo empleado para bordar cada uno de estos pañuelos representa la «sangre» derramada.
Cada pañuelo relata la historia de una persona que fue víctima del narcotráfico, algunos de ellos simplemente por la fatalidad de encontrarse en el lugar equivocado a la hora equivocada, o que fueron confundidos con alguien.
En sentido general, indicaron las creadoras, el proyecto busca mostrar a través de la tela -ya sea bordada o confeccionada a retazos- no solo el nombre de cada migrante fallecido, sino que la gente piense en su familia.
Que el público piense en los hijos que cada migrante ha dejado, en los cumpleaños, aniversarios y graduaciones que el progenitor o progenitora no celebrará con ellos.