Tegucigalpa (Especial Proceso Digital / Joel Perdomo) – Said Martínez es un árbitro hondureño que ya tiene un pie en la Copa Mundo de Catar 2022. Pese a que los hondureños no contaran con su escuadra nacional en el evento de fútbol más importante del planeta, la presencia del país no faltará y esta vez esa puerta la abre un juez especializado en la justicia deportiva.

 “Este es mi mejor momento, sé que aún falta más, pero ahora hay que disfrutar el día a día, agradeciendo a Dios por esta enorme oportunidad de estar en un Mundial, siempre lo soñé y me esforcé para lograrlo, con dedicación y disciplina todo es posible”, dijo Said Martínez, el árbitro hondureño nominado para dirigir en Catar 2022.

Su itinerario para llegar a Catar ha sido largo y Proceso Digital lo ha acompañado, como suele hacerlo con los hondureños que se esfuerzan por enaltecer el país, desde la ciencia, el arte, el deporte, la cultura, el trabajo , el emprendedurismo y en cuandoquiera campo posible.

 Casi 12 años tuvieron que pasar para que un árbitro nacional volviera a figurar entre los elegidos por la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), para participar en una Copa Mundial que este año se desarrollará en Qatar 2022. El réferi externó que “es un sueño hecho realidad, lo persigo desde mi infancia y por ello puedo decir que si se puede soñar en grande”.

El silbante, es parte de los 36 centrales que estarán en la vigésima primera edición de la justa mundialista, además estarán 69 réferis asistentes, donde figura el nombre de otro catracho, Walter López. En el mundial también estarán 24 árbitros en el Video Arbitraje (VAR). Ese privilegio de arbitrar solo lo han tenido tres hondureños, Raimundo Cálix en el Mundial de Estados Unidos 1994, Reynaldo Salinas en Francia 1998 y Carlos Pastrana en Sudáfrica 2010.  

Las tres participaciones anteriores fueron de réferis asistentes, Martínez es el primer central electo para estar en el evento del deporte más hermoso del mundo que se desarrollará desde el 21 de noviembre hasta el 18 de diciembre; el partido inaugural será entre Senegal y Holanda a las 13:00 (hora local) y en ese duelo el silbante nacional podría estar, aunque ese solo es el inicio, luego vienen 48 partidos de fase de grupos y 16 más de las cuatro siguientes fases.

Said nació el 30 de agosto de 1991 en un modesto hogar de Tocoa, Colón, caribe de Honduras, su municipio está situado a más de 400 kilómetros al norte de Tegucigalpa, desde ahí salió en 2007 con una maleta cargada de sueños, apenas tenía 16 años, cuando decidió salir a la capital para concentrarse en sus estudios, pero sin abandonar su pasión por el arbitraje “yo me sentía marginado, porque no me tomaban en cuenta y por eso estuve a punto retirarme”, recordó.

Estudio y trabajo de la mano

Y con tan solo 18 años debutó como réferi profesional en la Liga Nacional hondureña, pero desde los 14 años ya dirigía partidos en la Liga de Ascenso; en el mundo deportivo se le conoce como “El matemático”, porque egresó de la carrera de Licenciatura en Matemáticas de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), tiene una hermosa hija y está casado con Joselyn Reyes, de quienes dijo “son parte de su inspiración para luchar”.  

Después de 10 años dedicados al estudio como al deporte, logró el gafete internacional que otorga la FIFA a los mejores árbitros del mundo, desde entonces su carrera arbitral se ha escrito en páginas doradas, se ha convertido un referente para Honduras, ya que el máximo organismo del fútbol le asigna compromisos deportivos importantes, como la Liga de Campeones, tres Copa Oro, donde dirigió la final entre Estados Unidos y México y la Eliminatoria Rumbo a Catar.

También inició estudios de posgrado, pero de momento decidió hacer una pausa para dedicarse únicamente a la familia y a su preparación atlética para llegar a tono a cualquier compromiso nacional o internacional que le sea asignado. En su palmarés además impartió justicia en competiciones como: Torneo Sub-20 de Concacaf y Mundial de Polonia de esta misma categoría en 2019 y los Juegos Centroamericanos y del Caribe.

El costo de ser árbitro

Pero en noviembre de 2021 estuvo en Catar, donde fue invitado para dirigir partidos de la Copa Árabe, como una prueba piloto que hace la FIFA para los árbitros que estarán en el mundial, Said dirigió el partido entre Iraq frente Omán, duelo que terminó empatado 1-1, donde expulsó a un jugador de iraquí, sancionó un penal e hizo uso del VAR, esa competición también estuvieron los árbitros asistentes hondureños Cristian Ramírez y Walter López.

 Said es de esos árbitros incansables, que goza de excelente condición física, recorre la cancha durante los 90 minutos, su juventud se lo permite, una de sus grandes virtudes es: siempre estar en el lugar indicado para no verse sorprendido y en ese sentido, tomar decisiones acertadas, sabe controlar los partidos por muy complicados que estos sean, es un hombre de diálogo y muy observador, sabe neutralizar los temperamentos y evita perder la calma con los jugadores.

El arbitraje no es una carrera fácil, los salarios son bajos y nuestras familias sufren mucho, sin embargo, son ellos la fuerza para seguir, ya que en las buenas y en las malas siempre están, por eso noticias como estas, hay que celebrarlo con ellos, ya estábamos en la lista de precandidatos y teníamos expectativas de lo que pudiera pasar, gracias a Dios que nos permite estar entre los elegidos, esto un paso importante pero no hemos logrado todo, aún hace falta más.

10 años de infancia y 20 de arbitraje

Martínez, electo en diciembre de 2021, el mejor árbitro de la Confederación de Fútbol de la Asociación del Norte, Centroamérica y el Caribe (Concacaf), será junto al salvadoreño Iván Barton, los únicos centrales centroamericanos que estarán en la copa del mundo. “Ahora viene lo más importante, hay que seguir preparándose para mantener la condición física, ya que, en los próximos días, estará haciendo nuevas pruebas físicas con especialistas”, explicó.

Para el colegiado de Tocoa, que a pesar de ser un réferi joven, ya tiene 20 años de dirigir partidos, los últimos 10 como profesional; ser árbitro tiene un costo muy alto, -dice y agrega Martínez-, porque están expuestos a insultos, amenazas y agresiones; además, muchas veces no se puede estar con la familia porque hay que atender compromisos, -y sostiene que- cuya pasión por arbitrar no tiene límites y eso le permite superar cualquier barrera que se anteponga.

 En ese contexto supone que el arbitraje hondureño ha crecido, que marcha por buen camino y de seguir trabajando a ese ritmo y nivel, se lograrán más nombramientos internacionales, ya que, en la Copa Oro de 2019, después de México (12), Honduras con dos centrales y tres asistentes, fue el país que más árbitros logró colocar en la competición de Concacaf, avizora. “Esto lo que nos indica es que estamos haciendo las cosas bien y hay que seguir en ese camino”.

El día que se casi se retira del arbitraje

Asimismo, considera que los clásicos que se disputan en Honduras son los partidos más complicados para dirigir desde su perceptiva, incluso más que los encuentros deportivos internacionales y estar entre los elegidos para arbitrar en un mundial, es una bendición de Dios, pero además un logro nuestro porque para lograrlo se requiere disciplina, además perseverancia de manera que cuando cae tiene que saberse levantar, solo así es posible esto.

Relató que estuvo a punto de retirarse del arbitraje porque a pesar de que siempre estuvo en buena  forma física, sufrió marginamiento, incluso cuando salía a otros lugares a oficializar, lo hacía con su propio dinero, con la esperanza que le dieran oportunidad de dirigir en la primera división, pero esa espera se prolongó tanto que se desesperó, estaba a la puerta de abandonar lo que más le gustaba hacer, pero los sabios consejos de sus padres lo hicieron desistir del retiro.

Aquel niño soñador que dirigió su primer partido de veteranos con apenas 10 años en su natal Tocoa recuerda como su padre lo acompañó desde ese entonces. Relató que su padre le decía todo lo que tenía que hacer, ya que él  jamás había recibido al menos una instrucción sobre arbitraje, ahí nació su vocación para dirigir y su carrera tomó forma el 17 de septiembre de 2011, cuando debutó como central en aquel 2 – 2 entre Real España y Deportes Sabio.  

No se puede vivir del arbitraje

Su juventud pudo ser una desventaja que perfectamente pudo terminar con su carrera, ya que por lo general debía dirigir partidos a experimentados jugadores, con amplio recorrido a nivel nacional e internacional pues dirigió unos ocho partidos a un equipo donde jugaba el capitán de la Selección, en cinco ocasiones lo amonestó y este fue al camerino para confrontarlo, él siendo un joven salió para dialogar y terminaron limando asperezas “pero miedo jamás, siempre afronte”, apostilló.

“Es lamentable decirlo, en nuestro país no se puede vivir del arbitraje, la mayoría de nosotros tenemos otras labores que hacer y generalmente, ahí está nuestra mayor fuente de ingreso, un árbitro no gana ni el 5% de lo que devenga un futbolista en Honduras, por eso creo que el trato hacia nosotros es injusto, pues siempre que vamos a la cancha queremos hacer las cosas bien, no queremos fallar, pero los errores siempre van a estar presentes”, subrayó el colegiado.

Nunca hay que dejar de soñar  

Además, dejó un mensaje para los jóvenes “no dejen de soñar, sean fuertes, no permitan que nadie opaque sus sueños, si yo puedo hacer realidad mis sueños, eso quiere decir que ustedes pueden, no se desesperen, sepan que aun cuando nadie ha podido lograrlo, ustedes pueden romper esquemas y ser los primeros en lograrlos. Si a mí me tocara elegir nuevamente, volvería a elegir ser árbitro, aquí no solo aprendí deporte, sino principios, disciplina y educación”.

Finalizó diciendo que espera dirigir un partido en el mundial “no importa cuál sea, será un logro no solo para mí, sino para Honduras, este es un primer paso y si Dios nos permite avanzar más pues bienvenido sea. Desde hace mucho tiempo se esperaba una oportunidad de estas y creo estamos en buen momento, no hay que detenernos y seguir trabajando con compromiso y disciplina, los jóvenes deben trazar objetivos y luchar por ellos”. JP