Madrid.- A principios de los ochenta, Saliou Traoré llegó a Madrid como un joven reportero senegalés con voluntad de aprender español y el funcionamiento de la Agencia Efe, aquella en la que trabajaría casi cuatro décadas informando desde Dakar.
De Senegal, y de la región, pues entonces la agencia española de noticias emprendía el trayecto africano de la mano de su entonces delegado en ese país, Jesús Fonseca, quien en Dakar fichó a Saliou, como era conocido por todos.
Hoy el presidente de la Agencia Efe, Fernando Garea, anunció la creación del Premio Saliou Traoré en su memoria, tras su fallecimiento el pasado 13 de octubre.
Recordado como un modelo de profesionalidad cuya contribución al conocimiento del continente fue una de sus grandes aportaciones a Efe y al periodismo español, también ejerció como presidente de la Asociación de la Prensa Extranjera (APE), desde donde acogió a muchos colegas que visitaban su país.
El premio que a partir de 2019 lleva su nombre y será entregado anualmente en Las Palmas de Gran Canaria, donde está la sede de Casa África, copromotora del galardón, es una distinción periodística, pero también un reconocimiento de la diversidad como necesidad.
Aquella que encuentra imprescindible las voces fieles sobre el terreno para narrar los acontecimientos históricos como le tocó hacer durante sus casi cuarenta años de carrera profesional.
Cubrió desde la condena a cadena perpetua del dictador chadiano Hissène Habré en Dakar a la visita del presidente de Estados Unidos Barack Obama en 2013 y un sinfín de hechos con mayor o menor calado, aunque generalmente asociados a la actualidad más acuciante.
Saliou fue así testigo directo de los principales cambios en África Occidental, donde sus colegas apreciaron siempre su rigor, pasión y la veracidad de sus despachos.
Pero también fue capaz de ofrecer la visión de millones de musulmanes que cada año peregrinan hasta la ciudad senegalesa de Touba, los enfermos de ébola, los inmigrantes africanos, mujeres emblemáticas como Aminata Touré, la ex primer ministra de Senegal.
También se ocupó de la actualidad de los países vecinos, especialmente en sus comienzos, cuando era la antena de Efe en la región.
Defensor de la libertad de prensa, como presidente de la APE siempre recibía a quienes buscaban en él apoyo o consejo.
Legendarios son ya los paseos al alba antes de emprender la jornada con los noticiarios de radio en la sede de Efe en Senegal, muy próxima al estadio que lleva el nombre del poeta presidente, Léopold Sédar Senghor.
Nacido el 8 de mayo de 1952 en el seno de una familia tradicional senegalesa en Fatick, una región distante 134 kilómetros al sur de Dakar, la educación fue un pilar básico desde su juventud y fue lo que quiso legar a sus cinco hijos: Souleymane, Abdourahim, Cheikhou, Ndeyvinta y Cindy.
Fonseca, que abrió en 1981 la corresponsalía de Efe en Senegal, y luego en Guinea Ecuatorial, recuerda que conoció a su amigo Saliou en una recepción de la embajada de Brasil en Dakar y de inmediato se dio cuenta de que era un periodista sagaz que conocía su país como la palma de su mano.
Durante los dos años siguientes, Saliou vivió en Leganés (Madrid), a más de 3.000 kilómetros de su familia, para conocer el funcionamiento de la central de la Agencia y aprender español, lengua que hablaba de forma pausada, no así su lengua materna, el wolof, que pronunciaba en un tono más alto y enérgico.
Su entonces compañera en Efe y siempre amiga Concha Bordona recuerda de él su amable sonrisa, su exquisita educación, su profesionalidad y sus ganas de aprender.
Y la elegancia con la que vestía. Tan grande como la bondad con la que le recuerdan sus amigos.