Houston (EE.UU.) – La salvadoreña Astrid Guevara se graduó de una universidad de Texas con los más altos honores apenas a los 20 años de edad y tras superar escollos por ser mujer, hispana y además bastante joven.
«Muchas veces en la secundaria, por el hecho de ser mujer e hispana, no me han tomado en serio y he sido víctima de intimidación y de atropellos. En la universidad eso no cambió porque era quizás la más joven de todos», señaló a Efe esta joven graduada en Biología en la Universidad de Saint Thomas, en Houston.
El peaje de ser una estudiante sobresaliente ha contado con etapas amargas en su vida, incluidos actos discriminatorios de parte de sus compañeros de estudio y de algunos maestros que, dice, pretendían marginarla por ser extranjera.
«Le he demostrado a todos lo contrario», enfatizó la joven, que tras concluir sus estudios de Biología empezará ahora desde el lunes la carrera de Medicina en la Universidad de Pittsburgh, en Pensilvania.
Sus excelentes calificaciones durante su etapa escolar le abrieron las puertas de varias instituciones universitarias que le ofrecieron becas completas y, finalmente, a los 16 años Guevara se decantó por la Universidad Saint Thomas, de donde se acaba de graduar como Summa cum laude.
«Mi interés en la medicina inicia cuando de niña sufrí una enfermedad a la piel, desde entonces supe qué quería hacer en la vida», asevera Guevara, quien padeció de liquen plano, una enfermedad inflamatoria que causa una reacción alérgica a la piel y que afecta la mucosa oral.
Durante su tiempo en la Universidad de Saint Thomas, donde hacía prácticas y trabajos de investigación, buscó en sus tiempos libres y vacaciones universitarias pasantías en otros centros de salud de instituciones superiores.
En el Centro contra el Cáncer MD Anderson de la Universidad de Houston, por ejemplo, tuvo la oportunidad de analizar y descubrir la proteína que multiplica el cáncer de piel.
Son las enfermedades de la piel, específicamente los tumores pigmentados, donde Guevara busca una especialización y de ahí su nuevo reto en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, donde también está becada y ya fue parte de una investigación en torno a la reinstauración de nervios a través de la cirugía plástica.
Le dedica no poca energía a actividades extracurriculares, desde fomentar el interés por la ciencia y la medicina a estudiantes de secundaria, ser voluntaria con ministerios religiosos y hasta aprender mandarín y ser presidenta de una asociación cultural china.
«He trabajado como tutora de biología e inglés, y como asistente de profesores en los laboratorios de biología», ahondó la joven, que también escribe poemas y cuentos inspirados en las historias que ha escuchado de sus padres cuando vivían en El Salvador.
Astrid Guevara tenía 7 años cuando sus padres, él un trabajador de la construcción y ella empleada en una empresa de preparación de impuestos, decidieron mudarse a Estados Unidos tras sufrir en carne propia la guerra civil salvadoreña.
La joven explica que ser la primera en su familia en graduarse de la universidad es un logro mayúsculo para ellos y además puede inspirar a otras mujeres hispanas a entrar al campo de las ciencias.
«La gente se alegra y se sorprende, me felicita porque dicen que no es muy común que como salvadoreña y como mujer inicie estudios universitarios a temprana edad y me interese en una carrera en medicina», reconoció.