París – El salvadoreño Marcelo Arévalo se convirtió este jueves en el primer tenista centroamericano en alcanzar una final de Grand Slam, al clasificarse para la de Roland Garros en la modalidad de doble masculino.
Arévalo y su compañero, el neerlandés Jean-Julien Rojer, vencieron al indio Rajeev Bopanna y el neerlandés Matwe Middelkoop por 4-6, 6-3 y 7-6 (8) en dos horas y nueve minutos.
«Esto es un logro personal, pero es también para mi país», afirmó el centroamericano en la conferencia de prensa posterior, en la que añadió: «Estoy jugando para mucha gente en El Salvador, hay mucha gente que me apoya».
El salvadoreño ya había alcanzado la final del Abierto de Estados Unidos del año pasado en dobles mixtos, junto a la italiana Giuliana Olmos, aunque la perdieron. Ahora «es mi primera final en un Gran Slam» en doble masculino, «es una gran sensación».
Arévalo y Rojer se enfrentarán a la pareja formada por el croata Ivan Dodig y el estadounidense Austin Krajicek, vencedores del español Marcel Granollers y el argentino Horacio Zeballos en el otro partido de semifinales.
«Estamos superfelices, pero aún nos queda mucho trabajo por hacer. Vamos a luchar el sábado en la final», auguró el salvadoreño.
«Nuestro objetivo como equipo es conquistar un Grand Slam, así que no vamos a parar hasta conseguirlo», afirmó rotundo Arévalo. «Somos dos jugadores muy aguerridos, luchamos cada punto y no vamos de parar de trabajar hasta conseguir cosas grandes cosas».
Lograr el título en la final del sábado sería «un gran logro. Siempre ha sido mi objetivo. Todo tenista profesional quiere ser un campeón de Grand Slam», añadió.
Tras su trabajada victoria de hoy en la que comenzaron con un set en contra y que culminó con un largo «jugo de desempate» en el tercero, Arévalo y Rojer festejaron muy efusivamente dando saltos en la pista.
Arévalo lo atribuyó a «las emociones», ya que «el partido estuvo muy apretado, podría haber pasado cualquier cosa».
El salvadoreño, de 31 años, y el neerlandés, de 40, comenzaron a trabajar juntos a comienzos de este año, algo facilitado porque ambos residen en Florida (EE.UU.) junto a varios miembros de su equipo, lo que les ha permitido prepararse bien durante la pretemporada.
Arévalo, que jugó con la presencia de su esposa, su hijo y otros familiares en las gradas, recordó que el tenis «no es un deporte popular en El Salvador», y que comenzó a jugarlo con 7 u 8 años porque sus padres lo hacían de forma social.
Tras un paso por la Universidad de Tulsa (EE.UU.), en la que estudió y a la que representó, se asentó en Florida.
Recordó los «años de esfuerzo y entrenamiento» por hacerse un hueco en el circuito menor para tratar de consolidarse en el tenis profesional, así como los «muchos sacrificios» de sus padres para que obtuviera una beca universitaria.
Su hermano mayor Rafael también fue tenista profesional durante algunos años y llegó a representar a El Salvador en los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008.
En 2013, Marcelo venció a su hermano en la final de tenis masculino de los X Juegos Centroamericanos disputados en San José.