Madrid – Casi 50.000 migrantes que viajaban en 2.338 pequeñas embarcaciones fueron rescatados en 2018 por Salvamento Marítimo, organismo público español, informó el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Pedro Saura, en el Senado.
Durante su comparecencia, explicó los distintos convenios con Marruecos, país fronterizo con el sur de España, y detalló que de los 49.688 migrantes rescatados el pasado año, 9.717 lo fueron en aguas marroquíes, en una zona que por convenios internacionales España tiene asignada para actuar.
Además, señaló que el Gobierno español trabaja para que las autoridades de Marruecos y sus servicios de salvamento dispongan de más medios para facilitar las labores de rescate, así como con las autoridades europeas.
Hoy mismo, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, la región española más próxima a Marruecos, informó que contabilizaron 499 personas muertas y 565 desaparecidas en aguas del Mediterráneo próximas a las costas españolas durante 2018, cuatro veces más que las que registraron en 2017 y el mismo número que la suma de los últimos cinco años.
Por otra parte, las ONG españolas Proactiva Open Arms y Salvamento Marítimo Humanitario entregaron hoy en el Congreso de los Diputados 139.000 firmas para que el Gobierno permita zarpar a los barcos Aita Mari y el Open Arms y puedan seguir con su «misión humanitaria» de rescatar inmigrantes en el Mediterráneo.
Ambas embarcaciones fueron retenidas en Guipúzcoa (norte) y Barcelona (noreste), respectivamente, por Capitanía marítima, dependiente del Ministerio de Fomento, al considerar que no está garantizado que los buques puedan desembarcar a los náufragos que rescaten en un puerto seguro.
Ya ha habido varias ocasiones en que el Open Arms ha tenido problemas para desembarcar en puertos europeos a los migrantes rescatados en el Mediterráneo.
El último desembarco de migrantes que hizo este buque en España tuvo lugar el pasado 28 de diciembre, cuando atracó en el puerto de Algeciras (sur) con 311 personas rescatadas una semana antes en aguas próximas a Libia , tras la negativa o falta de respuesta de otros países europeos más próximos a la zona.