Banjul – El día en que se cumplen treinta años de la apertura de la denominada ruta canaria de las pateras, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, está inmerso en una gira por tres países africanos para intentar fortalecer la cooperación en la lucha contra los movimientos migratorios irregulares.
Ese 28 de agosto de 1994 en el que dos jóvenes saharauis fueron los primeros en usar esta vía llegando en una barca de pesca a Fuerteventura dio inicio a tres décadas que han pasado por muchos altibajos, con repetidas crisis y con una presión que se mantiene en la actualidad.
De esa barca de pesca saharaui se pasó después a los cayucos procedentes de cada vez más países, entre ellos los tres que forman parte de la gira de Sánchez: Mauritania, Gambia y Senegal.
La línea central para hacer frente a esa migración se ha repetido por parte de los diversos gobiernos en España, tanto del PSOE como del PP, y es la que el jefe del Ejecutivo sigue defendiendo: la colaboración con los países de origen y tránsito de estos movimientos.
Eso es lo que Sánchez asegura ofrecer, cooperación para el desarrollo de los territorios de los que parten las personas que intentan llegar a España de manera irregular, y colaboración para aumentar los controles de esos movimientos.
Migración circular
Se buscan vías en ese marco, y una de las que está impulsando es la de la denominada migración circular, la contratación en origen de personas que trabajan estacionalmente en España y, al término de su labor, regresan a su país.
Sánchez volvió a defender este miércoles esta iniciativa en Gambia, país que a partir de esta visita se suma a los que ya tenían acuerdos con España para formar parte de esa migración circular como la víspera se sumó Mauritania en la primera etapa de la gira del presidente del Gobierno.
Es consciente el Ejecutivo de que no es la panacea para solucionar el problema migratorio pero sí tiene el convencimiento de que puede ayudar de forma significativa a paliarlo.
La gira de Sánchez coincide también con un momento de enfrentamiento político con el Partido Popular en materia migratoria después de que los populares se negasen a avalar con sus votos la reforma de la ley de Extranjería para un reparto obligatorio entre las comunidades de los menores migrantes no acompañados que llegan a Canarias.
Críticas del PP
El cruce de acusaciones se ha venido sucediendo en los últimos meses y la gira africana de Sánchez ha dado pie al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, para acusar al presidente del Gobierno de irresponsable al considerar que lo que está haciendo en este periplo es «alentar un efecto llamada» y promocionar España como destino en lugar de ir al continente a combatir a las mafias.
Ha sido su respuesta a las palabras del jefe del Ejecutivo en Mauritania, en las que destacó la contribución «fundamental» de los migrantes a la economía española y al sostenimiento de la Seguridad Social y las pensiones y dijo que la migración es riqueza, desarrollo y prosperidad.
Además, consideró que la migración no es un problema, sino una necesidad que implica ciertos problemas.
No hubo una contestación directa a las acusaciones de Feijóo en la primera intervención de Sánchez después de conocerlas, pero fuentes del Gobierno sí consideran que inciden en una estrategia política que creen que roza claramente la xenofobia.
Lo que sí hizo el presidente del Gobierno en un acto en Gambia es insistir en los beneficios que reporta la migración.
Pero como precisa el propio Sánchez, una migración regular y ordenada es la que asegura que busca fomentar con giras como esta para seguir haciendo frente, treinta años después, al desafío de la ruta canaria.