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París – Diego Schwartman consiguió en Roland Garros romper su techo en un Grand Slam al alcanzar las semifinales el mismo día en el que Nadia Podoroska se convirtió en la primera tenista procedente de la fase previa que alcanzaba esa ronda en París.

Los dos jugadores tiñeron de albiceleste la jornada en la capital francesa, firmando dos actuaciones memorables que les sitúan en el punto más alto de sus carreras y mantienen viva la llama del tenis argentino, que hacía tiempo que no vibraba en ambos cuadros.

Por orden cronológico, Podoroska fue la primera en romper el techo de la historia. De la suya, porque nunca había llegado tan alto en un Grand Slam, y la del torneo, que jamás había visto a una jugadora salida de la fase previa alcanzar el penúltimo peldaño.

La «Rusa» venció a la ucraniana Elina Svitolina, tercera favorita, por 6-2 y 6-4 para convertirse en la primera argentina en semifinales de Roland Garros desde Paola Suárez en 2004 y la quinta en toda la historia.

Desde el 131 del ránking en el que comenzó el torneo, tras superar la fase previa, la de Rosario se asegura ya un salto impresionante que le llevará al top50 y dejar los aprietos económicos de los últimos años aparcados, gracias a un cheque que, como mínimo, será de 425.250 euros (unos 500.000 dólares).

No se amilanó al entrar en la pista central, ni por tener delante a una top5, la primera en su carrera, ni por mirar de frente a los ojos de los grandes nombres del tenista argentino.

En su segunda incursión en un Grand Slam, la primera en cuatro años, Podoroska sumó su quinta victoria y se queda a dos de un título que ni Gabriela Sabatini logró levantar.

Porque la argentina viene en una racha imparable, en una temporada en la que suma ya 43 victorias, 22 en tierra batida y 13 consecutivas.

Tímida, la argentina se resguarda del vértigo de los récords y pone sus ojos en el trabajo, que considera la clave para el éxito. Eso, y no mirar la gloria antes de tenerla.

La argentina se medirá por un puesto en la final contra la ganadora del duelo entre la polaca Iga Swiatek, 54 del mundo a sus 19 años, y la italiana Martina Trevisan, 159, como Podoroska procedente de la fase previa.

Al mismo carro que Podoroska se subió Schwartzman, al término de un duelo épico contra el austríaco Dominic Thiem, de más de cinco horas, el segundo más largo en lo que va de torneo, el 300 de la carrera del jugador de Buenos Aires, que acabó ganando por 7-6(1), 5-7, 6-7(6), 7-6(5) y 6-2.

Será la primera vez que el «Peque» juegue las semifinales de un grande y también la primera vez que ingrese en el top10, premio a su buen rendimiento en la segunda parte de la temporada.

Unas semanas después de haber jugado en Roma su primera final de un Masters 1.000, tras derrotar en el camino al español Rafael Nadal por vez primera en su carrera, el argentino sigue rompiendo barreras.

Derribó otra al ganar, al fin, un partido a 5 sets en la pista central de Roland Garros, una auténtica batalla contra el favorito número 3, que venía con el Abierto de Estados Unidos bajo el brazo y con el pedigrí de haber jugado las últimas dos finales en París.

Entre dos de los mejores tenistas sobre tierra batida, el espectáculo fue de una enorme intensidad, con alternativas y golpes de calidad, que acabaron por jugarse más en el terreno de lo mental y lo físico que en el de lo puramente tenístico.

Schwartzman se aferró al duelo, pese a ir dos sets a 1 por debajo, pese a fallar hasta cuatro bolas de set, lo que muestra lo ajustado que fue el duelo.

Al final forzó el quinto sets, donde tuvo más fuerzas que su rival, que llegaba de otra batalla a cinco sets contra el francés Hugo Gaston, invitado por la organización.

Schwartzman, 14 del ránking, se convierte en el décimo argentino que jugará las semifinales de Roland Garros y de un grande y sustituye en esa ronda a Juan Martín del Potro, que las disputó en París en 2018 y en el Abierto de Estados Unidos unos meses más tarde, cuando llegó a la final.

El argentino se jugará un puesto en la final contra el ganador del duelo entre el español Rafa Nadal y el italiano Jannik Sinner, de 19 años y debutante en el torneo.