Santiago de Chile.- El senador democristiano Jorge Pizarro aseguró hoy que el Gobierno de Chile dio una «señal muy negativa» al no firmar el Pacto Migratorio de la ONU y rechazó que en ese acuerdo estuviera «en juego» la «soberanía» del país.

Pizarro, integrante de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, afirmó a periodistas que la decisión del Ejecutivo «es una señal muy negativa que deja a Chile como un país que no está abierto al mundo, que no quisiera respetar los derechos de las personas. Derechos que tiene el migrante en cualquier lugar del mundo».

Este lunes, el Gobierno de Chile defendió su decisión de no firmar el Pacto Migratorio de Naciones Unidas, afirmando que cada país «es soberano» para fijar «sus propias» reglas sobre el asunto.

«Los migrantes tienen derechos, pero cada país es soberano para fijar sus propias reglas de migración», precisó el ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuero, en una declaración en la que el Gobierno de Sebastián Piñera argumenta sus razones para no firmar el pacto.

El legislador Pizarro replicó hoy que este acuerdo migratorio no es vinculante ni tiene ninguna obligatoriedad para los países que la suscriben «y, por lo tanto, acá no está en juego en nada la soberanía» del país.

Tras recalcar que el asunto migratorio es un tema mundial del que Chile no se puede abstraer, Pizarro señaló hoy que el Gobierno de Chile está cayendo en lo mismo que le criticaron «al (presidente) Evo Morales», que «estaba más preocupado de la política interna que con los temas de Estado».

Pizarro aseguró que con esa decisión, además, «se rompe un principio elemental en política exterior, el que busca que las decisiones sean compartidas, como política de Estado» y afirmó que el canciller Ampuero «quedó en una situación muy debilitada».

«Yo creo que es ahí donde está el mayor problema de la decisión adoptada por el presidente Piñera», añadió el parlamentario después de que legisladores de ambas cámaras recibieran al jefe de la diplomacia chilena con el fin de tratar el tema.

El Gobierno chileno ha sido objeto de una ola de críticas desde el domingo, cuando se hizo pública la decisión de no ser parte del pacto, bajo el argumento de que la migración «no es un derecho humano».

Excancilleres como José Miguel Insulza o Heraldo Muñoz, el Instituto Chileno de Derechos Humanos (INDH), organizaciones de inmigrantes y la oposición política, entre otros, consideraron un grave error la decisión del Gobierno y señalaron que con ella se abandonó una línea histórica del país en política internacional.

El Gobierno de Piñera ha llevado a cabo una política de expulsión de inmigrantes que hayan cumplido condena por diversos delitos, que suma hasta ahora a más de 2.000 personas, principalmente colombianos, peruanos y bolivianos. Además, abrió un programa de retorno humanitario al que se han acogido hasta ahora más de 300 haitianos.

En el país, según datos gubernamentales, hay actualmente alrededor de 1.090.000 inmigrantes.

El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de la ONU fue aprobado el lunes en la cumbre en la ciudad marroquí de Marrakech entre llamamientos a una cooperación multilateral para afrontar un fenómeno de dimensión global.

Países sobre todo receptores de emigrantes, como Australia, Italia, Israel y un numeroso grupo de los centroeuropeos, además de latinoamericanos como República Dominicana o Chile, se han retirado del pacto, mientras que Estados Unidos se opuso desde el principio.