Los Ángeles – El senador Jon Ossoff urgió este miércoles a la Administración del presidente Joe Biden a tomar medidas para proteger a los trabajadores agrícolas extranjeros de abusos que resultan en «la esclavitud moderna».
En una carta dirigida al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, el secretario de Estado, Antony Blinken, y el secretario de Trabajo, Marty Walsh, el senador instó a los funcionarios a liderar esfuerzos para exponer los abusos contra los derechos de los trabajadores extranjeros amparados por las visas H2A.
«Los trabajadores agrícolas desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento del suministro de alimentos de nuestra nación, pero siguen sujetos a la explotación y el abuso a través del programa de visas H-2A», señaló el senador de Georgia.
Añadió que delincuentes en todo el país utilizan de manera fraudulenta las visas H2A y privan a los trabajadores invitados de los derechos humanos básicos, todo por «enriquecerse».
Entre sus argumentos, el demócrata mencionó el operativo «Blooming Onion», con el que las autoridades federales hallaron que decenas de trabajadores agrícolas inmigrantes se vieron obligados a soportar condiciones de vida y de trabajo inseguras, inhumanas y peligrosas por temor a la deportación.
La investigación permitió en noviembre pasado el arresto y la formulación de 54 cargos contra 24 personas que trajeron a Estados Unidos «docenas de víctimas de esclavitud moderna» para ser explotadas en condiciones inhumanas en los campos de Georgia, Florida y Texas, según el Departamento de Seguridad Interna.
Los acusados supuestamente usaron de forma fraudulenta el programa H2A para trabajadores agrícolas temporales al traer a personas de México, Honduras y Guatemala, a las que exigieron pagar tarifas ilegales por transporte, alimentación y vivienda mientras les retenían ilegalmente sus documentos de viaje e identificación.
Además, obligaron a los trabajadores a «realizar trabajos físicamente exigentes por poco o ningún salario, alojándolos en condiciones de hacinamiento, insalubres y degradantes, amenazándolos con la deportación y el uso de violencia», detalla la acusación.
La explotación de los trabajadores incluía que estos tuvieran que extraer cebollas con sus manos sin ninguna protección. También fueron retenidos en habitaciones atestadas y campos de trabajo cercados con poca o ninguna comida, instalaciones de cañería limitadas y sin agua segura para beber.
En algunos casos, a los trabajadores en Georgia solo se les pagó 20 centavos por cada balde recolectado de cebolla, mientras se les amenazaba con violencia y la deportación, destacó el senador en su carta.
«Debemos actuar ahora para proteger los derechos humanos de todas las personas en nuestro territorio», valoró.