Tegucigalpa – El youtuber de origen japonés Shin Fujiyama, logró completar la meta de 250 kilómetros de carrera, acercándose a su meta de reconstruir siete aulas en la Escuela Experimental de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Fujiyama, quien lleva más de veinte años viviendo en el país, se ha propuesto construir 1.000 escuelas bilingües y para lograrlo realiza actividades extraordinarias, como la carrera que inició junto a su equipo y muchos seguidores que se le fueron uniendo desde Chamelecón, San Pedro Sula, hasta terminar en Tegucigalpa.
La iniciativa carrera de Shin, comenzó el pasado 5 de abril, hondureños y extranjeros jóvenes y adultos apoyaron la causa, incluyendo sus padres y otras figuras públicas y medios de comunicación.
El jueves 18, el japonés logró llegar a la meta y recaudar fondos para reconstruir siete aulas en la Escuela Experimental de la UNAH.
La suma a recaudar era de 2.7 millones de lempiras para la reconstrucción de las aulas escolares, pero fue superada gracias al apoyo que recibió el japonés, y al final se reportó una cifra de 134,128 dólares, equivalente a más de 3 millones 300 mil lempiras.
Mil escuelas bilingües
Fujiyama, quien nació en la prefectura de Kanagawa en 1984, hoy a punto de cumplir 40 años, apoya a la educación del país a través de su Fundación Students Helping Honduras.
El influencer vivió gran parte en Estados Unidos, llegó a Honduras por una casualidad, luego de que no pudo cumplir un sueño de ser futbolista, en lo que se probó en varias ciudades de Brasil, cuando tenía unos 17 años.
En principio, había escogido Haití para hacer un trabajo de voluntario, lo que no se pudo concretar por la situación política y social en ese país.
Luego fue parte de un grupo de quince voluntarios de su universidad en Estados Unidos que vinieron a Honduras, de los que catorce se enfermaron y él fue el único que superó la aventura, por lo que decidió que su trabajo lo haría en el país centroamericano.
Para crear su fundación, Fujiyama sorteó muchos obstáculos, comenzando por la recaudación de fondos, lo que lo llevó a trabajar haciendo labores de limpieza en su universidad, entre muchas otras.
En Honduras, Fujiyama reside en la ciudad de El Progreso, norte del país, desde donde se ha venido movilizando a muchas comunidades para ayudar a familias pobres, principalmente niños.
Su trabajo, que en 2022 fue reconocido por el Parlamento hondureño, ha trascendido en redes sociales, incluido un canal en Youtube.
«Vamos a llegar a construir 1.000 escuelas aquí en Honduras, ese es el sueño que tengo. Estamos en el proyecto número 63, falta mucho, pero con el apoyo de cada uno de ustedes yo sé que vamos a llegar a ese sueño», recalcó Fujiyama, al recibir el reconocimiento quien se ha ganado el afecto de los hondureños por su proyecto social.
Entre las comunidades beneficiadas por su fundación, muchos pobladores coinciden en que Fujiyama ha hecho en poco tiempo lo que muchos políticos no han hecho durante décadas.
Fujiyama ha llevado su obra social a barrios de municipios del norte de Honduras marcados por la violencia, de los que se ha olvidado de lo negativo para dar a conocer «lo bueno que tienen».
En esos barrios pobres, según Fujiyama, «viven los hondureños más trabajadores y tienen un gran corazón». PD