Guatemala – El Hospital General San Juan de Dios de Guatemala informó este miércoles que dos de los cuatro migrantes hondureños que fueron atacados por pistoleros desconocidos la semana pasada permanecen internados, mientras que los otros dos, uno de ellos menor de edad, fueron dados de alta.
La portavoz del centro asistencial, Claudia Benavente, indicó a la prensa que José Andrés O.P. ya se encuentra estable y «con dieta líquida» después de haber tenido «una complicación de la presión arterial».
Además, señaló que Evin Javier M.C. «sigue delicado, en intensivo» luego de que el pasado 13 de abril fuera declarado con muerte cerebral, derivado de dos disparos con arma de fuego que impactaron en su cráneo.
Los otros dos pacientes hondureños, un menor de 16 años y Raúl Saúl P., de 23 años, fueron dados de alta tras haber sido sometidos a «procedimientos de lavado» y se les colocó «canales por las lesiones óseas provocadas por las balas».
El menor de edad salió del nosocomio acompañado de su padre, mientras que el de 23 años se fue «acompañado de su hermano», sin embargo, los dos aún internados «no tienen familia aquí en Guatemala», sentenció Benavente.
Los cuatro migrantes hondureños fueron atacados con arma de fuego el pasado jueves por una ráfaga de disparos propinados por un grupo de personas que iba dentro de un vehículo y que se dieron a la fuga, en las inmediaciones del Anillo Periférico, frente a la Colonia 4 de Febrero, en la zona 7 de Ciudad de Guatemala.
Centenares de hondureños, en su mayoría hombres y mujeres jóvenes, con muchos niños, siguen abandonando su país desde el pasado jueves con la idea de llegar a Estados Unidos y la esperanza de acabar con la situación de desempleo e inseguridad que sufre Honduras.
Esta es al menos la cuarta caravana de migrantes que sale del Triángulo Norte de Centroamérica -una de las zonas más pobres y violentas formada por Guatemala, Honduras y El Salvador- desde el pasado mes de octubre a pesar de las amenazas reiteradas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
De hecho, a finales de marzo el Gobierno estadounidense anunció que retiraría la asistencia económica a los países del Triángulo Norte de Centroamérica por «no hacer nada» y permitir la formación de caravanas de migrantes que tienen como objetivo llegar a Estados Unidos.
Ante esta decisión, días después los Gobiernos de los tres países se comprometieron a investigar a las organizaciones que se dedican al tráfico ilícito de inmigrantes hacia Estados Unidos y pidieron a los padres de familia «evitar exponer a sus hijos a los riesgos que comprende el trayecto migratorio irregular».
Un total de 196.061 migrantes del Triángulo Norte de Centroamérica fueron deportados desde Estados Unidos y México durante 2018, lo que representa un aumento del 37,9 por ciento más que el año anterior. EFE