Vista de varios beneficiarios de los programas DACA y TPS durante una manifestación. EFE/Archivo

Los Ángeles – Una docena de beneficiarios del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) partieron hoy desde California a la capital del país para alentar a los congresistas a votar a favor de un proyecto de ley que les daría un camino a la ciudadanía.

La propuesta se votará este martes en el pleno de la Cámara de Representantes, después de haber sido aprobada por el Comité Judicial por 19 votos demócratas a favor y 10 republicanos en contra.

«Es importante que nos vean en el Congreso, que somos de todas partes del país y que presionemos hasta el último, somos el rostro real de un problema que necesita solución», dijo a Efe Jesús Villegas, uno de los afectados que viaja desde California.

El proyecto conocido como «Ley del Sueño» también incluye a los amparados por el programa de Estatus de Protección Temporal (TPS) y el de Partida Forzada Diferida (DED), que al igual que DACA fueron rescindidos por el Gobierno del presiente Donald Trump.

Villegas, de 25 años y al que se le vence el beneficio de DACA en marzo de 2020, aseguró a Efe que agotará hasta el último momento para hablar con los congresistas para que voten a favor del proyecto.

Para la soñadora Kathia García, organizadora de jóvenes de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), la propuesta American Dream and Promise Act (H.R.6) reconoce el aporte que estos inmigrantes han podido hacer a la economía del país.

Un reciente estudio de la Universidad del Sur de California (USC) advirtió que legalizar a estos inmigrantes aportaría más de 35.200 millones de dólares al producto interno bruto (PIB) del país.

Según cálculos del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP, por sus siglas en inglés), el aporte de estos inmigrantes en una década sería de aproximadamente 281.000 millones.

García recalca que aunque aún los padres de estos soñadores quedarían por fuera de la propuesta, el proyecto es un buen comienzo para lo que sería una legalización más amplia y completa.

Ciudadanos estadounidenses como Basilio Hernández, residente de Palmdale (California) hicieron un esfuerzo para acompañar al grupo.

«Es mi deber como ciudadano unirme a esta lucha por mi comunidad, y creo que el llamado es para que todos hagamos lo mismo», indicó Hernández.

«Quiero recordarle a nuestra congresista, Kate Hill, que ella ganó estas elecciones gracias al trabajo y el apoyo que le dimos, es momento de que nos apoye a nosotros», concluyó.

Si el proyecto de ley es aprobado por el pleno del Congreso, aún tiene que ir al Senado, para luego pasar a la ratificación por parte del presidente Trump.

«Sabemos que tenemos un largo camino, pero lo vamos a seguir», insistió García.