San Salvador – El uso de la fuerza militar y la represión no debería de ser el método que siga utilizando México y Estados Unidos para detener a miles de migrantes centroamericanos que buscan el llamado «sueño americano», dijo este jueves a Efe Héctor Carrillo de la Fundación para la Aplicación del Derecho (Fespad), entidad no gubernamental salvadoreña.
«Esta situación real de personas que quieren migrar no se puede abordar desde los cuerpos de seguridad o militares, o con más represión, se necesitan medidas de carácter humanitario», indicó Carrillo, coordinador del Programa de Seguridad Ciudadana de Fespad.
El miembro de Fespad, una ONG que constantemente se ha pronunciado por las graves violaciones a los derechos humanos de los migrantes, dijo sentirse preocupado por el «trato» que el Estado mexicano le está dando a los migrantes centroamericanos «siguiendo las presiones de Estados Unidos».
«Históricamente México se ha caracterizado por ser un país que ha acogido a presos políticos, a personas que huyen de la región por diversos motivos y ha sido un país empático con la realidad de la región, pero ahora el Estado mexicano está respondiendo a las presiones internacionales que ha recibido, particularmente de EE.UU.», apuntó.
Carrillo condenó los hechos de represión que se produjeron la semana pasada en unas de las fronteras de México y EE.UU., donde centenares de migrantes intentaron cruzar el río y lanzaron piedras a miembros de la Guardia Nacional, que respondieron con gases, e indicó que «el presidente (Manuel) López Obrador debe de reflexionar sobre esa actitud y el pueblo mexicano también».
CAMBIO DE MODELO ECONÓMICO
A criterio de Carrillo, un cambia radical en el modelo económico de la región, e incluso de Latinoamérica, «pudiera ser la solución inmediata a la crisis migratoria.
«Este fenómeno es producto también de las históricas medidas económicas que se han impulsado los estados Latinoamericanos determinadas por la política internacional norteamericana (…) al final Estados Unidos enfrenta, junto a la región esta situación (migración), producto del mismo modelo económico excluyente que ha impulsado en la región y en América Latina», subrayó.
Enfatizó que el problema migratorio es «una reacción natural a la políticas neolibilerales que han sometido a nuestros pueblos a la miseria, a la marginación y a la violencia».