Procedentes de diversos países, los inmigrantes unieron sus voces para gritar a los congresistas "Sí, se puede" y recordaron que ya trabajaban duro desde antes de la pandemia, durante la cual arriesgaron sus vidas y las de sus familias y ni siquiera se les tomó en cuanto para el incentivo económico federal. EFE/Lenin Nolly/Archivo

Nueva York – Trabajadores esenciales durante la pandemia reclamaron este viernes al Congreso federal que se apruebe un proyecto de ley que les abriría la puerta a la ciudadanía.

Procedentes de diversos países, los inmigrantes unieron sus voces para gritar a los congresistas «Sí, se puede» y recordaron que ya trabajaban duro desde antes de la pandemia, durante la cual arriesgaron sus vidas y las de sus familias y ni siquiera se les tomó en cuanto para el incentivo económico federal.

La salvadoreña Elena Aguilar fue una de las que contó su historia en uno de varios eventos de la Marcha de la Victoria que se realizan a través del país y que hoy tuvo su parada en Pensilvania.

Esta gira concluirá el próximo 1 de mayo con una manifestación frente al Capitolio, en Washington, en reclamo del proyecto presentado por la Administración de Joe Biden que se prevé legalizaría el estatus migratorio de millones de personas.

Aguilar, beneficiaría del Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés), salió hace 25 años de su país dejando atrás a sus hijos para sufrir en Estados Unidos explotación laboral.

No fue hasta que pudo acogerse al TPS que su situación cambió, trabajando legalmente «y sin miedo a la deportación».

«Es tiempo de levantar nuestra voz y pedir al Congreso que nos dé la oportunidad de una residencia y posteriormente ciudadanía para todos, lo necesitamos ya», indicó en su llamado a otros inmigrantes a unirse a esta lucha.

Patricia, de México y que trabaja en restaurantes y limpiando casas, recordó que dejó su país hace 14 años con su hijo mayor y embarazada tras sufrir de violencia y abuso.

«Los primeros días no comí nada porque no sabía expresarme en inglés. Con el tiempo aprendí a comunicarme con las manos y a hablar un poco el idioma», recordó la mexicana, que se dedicó a cuidar de sus hijos y hace cuatro años comenzó a trabajar.

«Sé que todavía estamos lejos de conseguir justicia y dignidad para toda la comunidad inmigrante. Debemos asegurarnos de proteger a todos sin importar su estatus. Por eso es necesario la reforma migratoria que nos dé acceso a esa ciudadanía y un seguridad en este país», afirmó.

Otros trabajadores, entre ellos beneficiarios del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, recordaron a los congresistas que merecen «vivir sin miedo», tener una vida normal y con dignidad y que tener DACA, que les ha permitido trabajar y vivir sin el miedo a la deportación, «no es suficiente».

La marcha continuará sus reclamos en Baltimore la próxima semana para llegar a Washington el 30, donde muchos de ellos pernoctarán para la manifestación del el 1 de mayo, cuando se celebra el Día Internacional de los Trabajadores.