Tegucigalpa – Aunque los organismos como World Visión Honduras registran que en el país centroamericano al menos medio millón de menores engrosan la lista de trabajo infantil, este es un lastre sin cultura de la denuncia, alertó hoy Dayana Renau, la coordinadora de Niñez y Familia del Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Conadeh).
En ese sentido, Renau notificó que el Conadeh no recepciona ninguna denuncia por trabajo infantil, lo que revela que no existe una cultura de la denuncia en este tema en el país centroamericano.
Según datos de la OIT, unos 160 millones de niños (es decir, casi uno de cada diez en todo el mundo), están sometidos a trabajo infantil. Casi la mitad de ellos, además, se dedican a tareas potencialmente peligrosas.
Honduras no es indiferente a esta realidad y las cifras van en crecimiento impulsados por la pandemia a causa de la COVID-19, han alertado diversos organismos defensores de los derechos de los niños.
No obstante, las denuncias por trabajo infantil se cifran en cero, reprochó la coordinadora de Niñez y Familia del Conadeh.
En nuestra sociedad no hay una cultura de denunciar estos actos y al mismo tiempo desconocen que tienen derechos, agregó.
Razonó que si existieran salarios justos los menores no se verían en la necesidad de trabajar y podrían dedicar su tiempo al estudio y la recreación.
El telón de fondo del trabajo infantil es la pobreza, un flagelo que en Honduras aumentó al 70 % en 2020 a causa de la pandemia.
Esa pobreza obliga a que miles de niños desempeñen labores incompatibles con su edad y lo que al mismo tiempo coloca en riesgo su educación.