Tegucigalpa- El respeto a los días de Semana Santa, era tal que era pecado reír, gritar, bañarse en ríos y playas y hasta cocinar, cuentan los abuelos y muchas tradiciones ya han pasado a la historia.

-Algunas tradiciones se mantienen, aunque con menos solemnidad, otras se han perdido

-La iglesia catolica sugiere que se cambie el feriado de Semana Santa para no confundir la solemnidad con las vacaciones.

La Semana Santa es una de las festividades de mayor relevancia para la Iglesia y a través de la historia ha tenido una gran influencia en las tradiciones y costumbres locales de las distintas regiones del país.

Sin embargo, con el transcurso de los años, algunas tradiciones se han ido perdiendo, lo que se atribuye a que la sociedad hondureña ha experimentado cambios significativos, inicialmente la configuración entre lo urbano y lo rural.

También han influido factores como los avances de las comunicaciones y tecnología y que la iglesia católica es menos dominante con el surgimiento de muchas iglesias protestantes.

Otro punto que también ha afectado es el fenómeno migratorio, pues muchos jóvenes de las parroquias en pueblos y aldeas han migrado y ahora hay poca población para escenificar los actos religiosos.

A lo anterior se suma la posibilidad de hacer más turismo interno de parte de la población y tanto la empresa privada y gobierno aprovechan para la promoción.

Las costumbres que se han perdido

Algunas actividades que otras generaciones realizaban se fueron perdiendo, explicó a Proceso Digital, el historiador con estudios de antropología cultural, Rubén Darío Paz.

Las costumbres que sea han perdido están más vinculadas a la solemnidad con que se llevaban a cabo las diferentes procesiones, hace unas tres décadas atrás, en varios pueblos de Honduras, las procesiones se llevaban a cabo con Bandas Marciales, y los actos en su mayoría se dramatizaban, y las personas asistían incluso de saco y corbata en algunas de las procesiones.

En muchos pueblos de Honduras, la procesión del Santo Entierro, se cantaba con una nostalgia que se reforzaba con cánticos y rostros tristes, algunos de los cánticos han desaparecido, en varios pueblos se silenciaban las campanas y desde lo alto de las bóvedas corridas, se ejecutaban las matracas. reseñó el historiador.

El también maestro universitario, recordó que también en Semana Santa se solía ver a jóvenes personificar a los judíos y centuriones que se vestían que se para la ocasión y en algunos pueblos particularmente del centro occidente algunos rezos se hacían en latín.

Dario Paz, remarcó que el pueblo hondureño ante una oferta producto del fenómeno de la globalización, ha venido abandonando sus prácticas culturales, para el caso muchas procesiones famosas como: La del Silencio donde solo participan hombres se ha perdido, la, del jubileo, donde los niños y jóvenes salían sin camisa y con pencas en sus manos golpeándose la espalda para librar sus pecados, escasamente se hace.

En el caso de las Carreritas de San Juan en picos algunos pueblos aún las celebran, pero en el caso del tradicional Paseo de Judas, su ahorcamiento y su creativo testamento, ha dejado de hacerse.

Con una mirada más profunda, también debemos conocer y saber que, al interior de los pueblos culturalmente diferenciados, también se llevan actividades mágico – religiosas a lo largo de la Semana Santa, anotó el historiador, aunque también las tradiciones tienden a perderse.

Los famosos mitos

En la Semana Mayor, cuentan los ancianos que la gente no podía bañarse en los ríos, porqué podían convertirse en peces o sirenas. 

Doña Concepción Mejía, comentó a Proceso Digital, que en su niñez la comida se hacía días antes del Jueves Santo, porque las abuelas decían que era pecado hacer deberes durante estos días mayores, tampoco se podía barrer, porque se consideraba que se barría la cara de Cristo, ni agarrar ningún tipo de utensilios como cuchillos, por creer que se cortaba el  cuerpo de Jesús, no se podía hacer casi nada  “nos decían que  uno se podía quedar  tullido” .

Menos se podía utilizar clavos, porque fueron parte del sufrimiento de Cristo en la cruz y si se hacía se le estaba clavando nuevamente.

También era pecado comer carnes, solo las tortas de pescado y como no se podía cocinar las mujeres hacían tamales mudos (de masa sin carne ni otros ingredientes), también se hacían dulces como plátano maduro, mango en miel, coyol, rosquillas, ciruelas en miel, dulces de papaya, entre otros.

Tampoco se podía gritar o cantar otro tipo de canciones que no fueran los de la iglesia porque se corría el riesgo de quedarse mudos. Asimismo, los mayores decían que las parejas no podían tener relaciones sexuales porque se quedarían pegados.

“Había un respeto muy grande, y hasta temor, pero todo eso se ha perdido, apenas quedan los recuerdos, las nuevas generaciones ya solo ven la Semana Santa como vacaciones para ir a pasear” dijo con nostalgia doña Concepción, de 78 años de edad.

Costumbres que aún se mantienen

Es poco lo que aún se mantiene y sobre todo a nivel religioso sobre todo en la iglesia católica, dando énfasis a las actividades en el triduo pascual cuando se conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

En cuanto a la gastronomía se mantienen algunas tradiciones pero para las nuevas generaciones la mayoría son recuerdos.

Iglesia sugiere cambiar feriado

“La Semana Santa, es una semana para dedicarla a lo que realmente es el centro de nuestra vida de fe, de la gracia, lo que se conmemora es la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor”, expresó el portavoz de la iglesia católica padre Juan Ángel López.

Lamentablemente las sociedades son así no solo en Honduras, sino de forma general han cambiado el tiempo de reflexión y recogimiento por un tiempo de vacaciones.

El padre aclaró que no es que se esté en contra de las vacaciones porque todo mundo necesita un merecido descanso, pero no se deben confundir las cosas. Hay tiempo para descansar y tiempo para construir nuestra alma y nuestro espíritu.

“Lamentablemente hemos distorsionado el sentido de estos días Santos por eso nosotros siempre venimos insistiendo con todo respeto a las autoridades cambien este feriado para otro momento pásenlo a la semana próxima si quieren a la semana de pascua para no confundir las cosas”, manifestó el sacerdote.

En Semana Santa, debe ser para crecer en la gracia del Señor, remarcó.

Si bien es cierto las sociedades como la cultura es dinámica, sería oportuno desplegar campañas previas desde las diferentes instancias del Estado, para conocer, promover y fortalecer las tradiciones, para no abandonar nuestras raíces, apuntan historiadores, que también coinciden con los religiosos en que no se deben confundir la solemnidad de la Semana Santa con un tiempo simple de vacaciones.