Tegucigalpa (Por Joel Perdomo) – Después de dos años de estar en emergencia y restricciones por pandemia (2020-2021), las palmas de coyol volvieron a adornar la Catedral San Miguel Arcángel, situada frente a la plaza central en Tegucigalpa; ahí más de un centenar de campesinos provenientes del sur de Francisco Morazán y Choluteca, se sitúan por tres días para vender sus ramos a los creyentes católicos.

En la plaza central miles de ramos adornan la Catedral de San Miguel, es un ambiente combinado entre la fe y la necesidad de los campesinos.

Volvieron las palmas para el Domingo de Ramos a la capital Tegucigalpa.

Frente al legendario templo, construido en 1786 en la capital hondureña, niños, jóvenes, adultos, ancianos y familias enteras, se ubican para armar los ramos de coyol, mismos que después son ofrecidos a los ciudadanos que transitan por el lugar, otros llegan desde diferentes barrios y colonias para adquirirlos a un costo de 10, 20, 30 y 40 lempiras.

En el atrio de la catedral metropolitana, es toda una fiesta. Prima el compañerismo y la solidaridad entre los vendedores. Sin embargo los campesinos deben exponerse a largas jornadas al fuerte sol y frío por la noche. Todos se quedan en la calle, no portan colchonetas, apenas cobijas y almohadas, pero todos se acompañan y cuidan entre sí.

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