Ciudad de México – Tres de cada 10 adolescentes con obesidad en el mundo no perciben que tienen esta enfermedad, según el estudio internacional ACTION Teens, que analiza a los jóvenes de 10 países, entre ellos México, presentado en el Congreso Europeo de Obesidad.
“El estudio nos ayudó a obtener información relacionada con las percepciones, actitudes, conductas y barreras que enfrentan los adolescentes que viven con obesidad y cómo es la percepción de estas condiciones, tanto de los cuidadores como de los médicos que los atienden”, dijo este jueves a Efe la endocrinóloga Nayeli Garibay.
Según el estudio, 76 % de los encuestados consideró que su peso estaba por encima de lo normal, el 72 % estaban preocupados por su peso y el 85 % son conscientes de que el sobrepeso afectará su salud en un futuro.
Además, el 67 % cree que podrían perder peso si se lo proponen y el 65 % siente que la pérdida de peso es responsabilidad exclusiva de ellos como adolescentes.
ACTION teens es un trabajo transversal, internacional, impulsado por el laboratorio Novo Nordisk para identificar percepciones, actitudes, comportamientos y barreras para un cuidado efectivo de la obesidad.
La consulta incluyó más de 5.000 chicos y chicas de entre 12 y 17 años que viven con obesidad, más de 5.000 padres o cuidadores y más de 2.000 profesionales de salud de 10 países: Australia, Colombia, Italia, México, Arabia Saudita, Corea del Sur, España, Taiwán, Turquía y Reino Unido.
ENFERMEDADES SEVERAS
Garibay explicó que la obesidad es una enfermedad asociada al desarrollo de más de 60 condiciones de salud potencialmente severas.
Esto, dijo, alimenta una ola creciente de otras enfermedades crónicas, incluidos problemas de salud mental, afecciones cardíacas, diabetes tipo 2, así como algunos tipos de cáncer y problemas en huesos y articulaciones.
Tan solo en México el 43,8 % de los niños y adolescentes de 12 a 19 años vive con sobrepeso y obesidad.
De acuerdo con el estudio, pese a que los adolescentes están interesados en perder peso, controlarlo y mejorar sus condiciones de salud, solamente 40 % de los padres reconocen este esfuerzo.
Asimismo, evidenció que uno de cada tres padres no identifica la obesidad en su hijo, y casi la mitad cree que se resolverá espontáneamente.
“Nos da la impresión de que los cuidadores subestiman de manera muy importante el impacto que la obesidad tiene en los adolescentes así como el deseo que tienen de tener alguna atención en este sentido”, apuntó la experta.
La investigación también mostró que casi dos tercios de los adolescentes consideran que la pérdida de peso es una responsabilidad que recae únicamente sobre ellos.
En tanto, uno de cada tres no siente que sea un tema que puedan hablar con sus padres y muchos buscan orientación en las redes sociales.
La especialista señaló que la situación es preocupante, pues no están encontrándose estrategias necesarias para la adopción de estilos de vida más saludables que permitan alcanzar y sostener un peso corporal saludable.
“Es muy importante que desde todos los estratos empecemos a considerar a la obesidad como una enfermedad, que se le empiece a otorgar un presupuesto para la atención, para la capacitación de los médicos, para favorecer que haya entornos mucho más saludables”, dijo.
En este sentido, el estudio también demostró que los profesionales médicos necesitan mayor y mejor educación, pues hasta el 87 % de los médicos reveló no haber tenido un entrenamiento significativo en cómo tratar la obesidad después de la facultad de medicina.
“La parte médica tiene limitaciones para establecer un vínculo con los pacientes y tener una mayor capacidad de desarrollar herramientas para entender cuáles son las necesidades que ellos tienen y definitivamente nuestro tratamiento está mal enfocado porque tenemos percepciones que son erróneas”, precisó.