Washington – El agitado y confuso proceso de transición prosigue en el país después de que el presidente, Donald Trump, insinuara por primera vez que dejará su cargo si el colegio electoral vota por el demócrata Joe Biden al mismo tiempo que reiteró que hubo» fraude» en las elecciones del pasado 3 de noviembre.
«Ciertamente lo haré, y ustedes lo saben», dijo este jueves por la noche a preguntas de los periodistas, tras una llamada con las tropas desplegadas en el extranjero con motivo del Día de Acción de Gracias, acerca de si dejará la Casa Blanca si Biden es votado en el colegio electoral.
Es la primera vez que el mandatario reconocía, aunque fuese de manera implícita, su derrota en las elecciones.
No obstante, este viernes, antes de desplazarse a su club privado de golf en Sterling (Virginia) volvía a insistir en su teoría sin pruebas de «fraude» electoral.
«Biden solo pueden entrar en la Casa Blanca como presidente si puede probar que sus ridículos «80.000.000 de votos» no fueron obtenidos fraudulenta o ilegalmente. Cuando ves lo ocurrido en Detroit, Atlanta, Filadelfia y Milwaukee, un fraude masivo de votos», afirmó desde su cuenta de Twitter.
BIDEN ANUNCIA PRIMERAS DESIGNACIONES DE SU GABINETE
Pese a una lluvia de demandas de la campaña de Trump, los tribunales estatales han desestimado casi la totalidad de las acusaciones, y la mayoría han certificado ya la victoria de Biden.
Hoy viernes un juez federal de apelaciones desestimó su último recurso en Pensilvania al asegurar que no hay evidencias de fraude.
En la última semana se han oficializado los resultados en Pensilvania, Michigan y Georgia, tres de los estados claves que Trump perdió en las elecciones y que apuntalan la victoria del demócrata.
Por su parte, Biden ya ha comenzado a anunciar a algunos de los cargos que compondrán su gabinete, previa confirmación por el Senado, como el secretario de Estado, Anthony Blinken, y el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, pero sigue sin recibir la tradicional llamada de cortesía por parte del perdedor en los comicios.
Cuestionado acerca de si acudirá a la toma de posesión de Biden, ceremonia a la que históricamente asisten los presidentes pasados, Trump eludió confirmarlo.
«Yo sé la respuesta», apuntó de manera enigmática.
DESBLOQUEO BUROCRÁTICO
En medio de este inusual escenario, y casi un mes después de acudir a las urnas, los estadounidenses contemplan asombrados las sorprendentes y a menudo contradictorias declaraciones de Trump.
Este lunes, el mandatario dio luz verde al inicio de la transferencia de poder a Biden, después de que Emily Murphy, responsable de la Administración Federal de Servicios (GSA, en sus siglas en inglés), iniciara el proceso de transición desbloqueando recursos para que el equipo del demócrata vaya tomando control de la burocracia federal.
Y, al mismo tiempo, clamaba desde su cuenta de Twitter, que añade los mensajes del mandatario una advertencia de falta de evidencia, las denuncias de «trampas y robo» por parte de los demócratas.
Su equipo, comandado por el exalcalde de Nueva York Rudy Giulinai, solo tiene hasta el 8 de diciembre para desarrollar su estrategia legal.
Ese día todos los estados deberían haber resuelto cualquier disputa y el gobernador de cada territorio debe enviar los resultados certificados al Congreso.
Trump ha intentado frustrar la burocracia electoral por que, una vez confirmado el conteo de cada estado, estos consignan los compromisarios que les corresponden dentro del sistema de Colegio Electoral el 14 de diciembre y transmiten el resultado al presidente del Senado y vicepresidente, Mike Pence, el 6 de enero.
Una vez confirmado que Biden supera los 270 votos electorales, el presidente electo inaugurará su mandato en una ceremonia frente al Capitolio el 20 de enero.
Los resultados sitúan a Biden con 306 votos frente a 232 de Trump.