Washington – El presidente de EE.UU., Donald Trump, aseguró este martes que está «muy preocupado» por las condiciones de los centros de detención de inmigrantes, pero apuntó que están mejor que durante la Administración de su antecesor, Barack Obama (2009-2017).
Trump se pronunció en medio de la polémica por las denuncias sobre la situación de centenares de menores de edad inmigrantes en un centro de detención en Texas y tras la renuncia del comisionado interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés), John Sanders, quien dejará el cargo el próximo 5 de julio.
«No hablé con él. No creo que haya hablado alguna vez con él en realidad», respondió el gobernante a los periodistas, al ser consultado si había solicitado la salida del funcionario, designado por su Administración el pasado 15 de abril.
El mandatario estadounidense señaló que está «oficialmente» pidiendo a los demócratas que apoyen cambios en la ley de asilo.
Ya el pasado fin de semana, Trump le había solicitado a demócratas y republicanos que trabajaran en los problemas de asilo y los vacíos legales en la frontera.
El presidente estableció el sábado un compás de espera de «dos semanas» para que los demócratas aborden esa situación o, de lo contrario, amenazó con autorizar deportaciones masivas.
Medios locales habían anticipado que el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés) planeaba iniciar desde el domingo pasado redadas masivas en diez ciudades para aumentar las deportaciones de familias indocumentadas que han recibido órdenes de expulsión.
«Necesitamos los votos de los demócratas», justificó hoy Trump, cuya decisión de posponer las operaciones se produjo después de que la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, llamara a suspender las redadas «sin corazón».
De igual forma, el presidente se refirió este martes al muro en la frontera con México y aseguró que está «en gran medida en construcción».
Distintos sectores han reaccionado en los últimos días a las denuncias de un grupo de abogados que visitó un centro de detención en la localidad de Clint, en la frontera con México.
Los abogados advirtieron de que cientos de migrantes menores de edad permanecían en el lugar en condiciones insalubres, sin pañales para bebés, jabón, ropa limpia, cepillos de dientes ni comida adecuada.
Según la cadena de televisión CNN, un funcionario de la CBP rechazó las acusaciones sobre la falta de acceso de los pequeños a jabón y pañales, aunque admitió que los niños «no deben estar bajo» la custodia de su agencia.