Londres. – De la alegría al descontento, pasando por los nervios y la incertidumbre, un abanico de sentimientos reina entre los británicos en los últimos momentos de 2020 ante la materialización del Brexit votado en el referéndum de 2016.

En pleno corazón de Londres, en la calle comercial de Oxford Street, pasea Jenny, una trabajadora del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) a quien le preocupa salir de la Unión Europea en plena pandemia mundial.

«Mis compañeros son casi todos de fuera, no sé como van a contratar personal en la NHS sin la libre circulación europea», declara a Efe Jenny.

El Reino Unido se ha situado como el segundo país del mundo con mayor tasa diaria de contagiados y los hospitales se encuentran en riesgo de colapso.

«Los hospitales se encuentran colapsados por la nueva variante del virus, por lo que no es el mejor momento para dejar de contratar, y los británicos no suelen solicitar estos trabajos», comenta Zak Harvey, que trabaja en recursos humanos.

BREXITEROS ARREPENTIDOS

«Voté a favor del Brexit en 2016. Ahora me arrepiento». Quien habla así es Darren, ferroviario de la compañía National Rail.

«Pensábamos que recuperaríamos nuestra identidad, pero con el paso de los años nos hemos dado cuenta de que nos habían mentido», reflexiona este hombre.

Frente al Parlamento de Westminster, en una simbólica y reducida protesta en contra del Brexit, la diseñadora inglesa de moda Katharine Hamnett, que popularizó en los años ochenta las camisetas con mensajes, expresaba su indignación.

«¡Esto es un desastre, tenemos que volver a Europa como sea!», dijo a Efe Hamnett, que vestía una de sus camisetas con eslogan que decía «Cancel Brexit».

BENEFICIOS A LARGO PLAZO

Pese a la incertidumbre que se respira en el Reino Unido en estos momentos, muchos de quienes votaron a favor de la salida de la UE esperan recibir el nuevo año con un panorama «arriesgado a corto plazo pero beneficioso a largo plazo», a juicio de Harvey.

«Apoyo claramente el Brexit, mi única preocupación es el corto plazo por la industria financiera, es decir, los riesgos que presenta para la bolsa y las multinacionales que proporcionan servicios al resto de Europa», afirma Harvey.

«Sin embargo, una vez superado el corto plazo y con las cuotas que ahorraremos al no ser miembros de la Unión Europea el balance será claramente positivo», a su juicio.

De una opinión similar es Daniel, estudiante británico de un máster, que considera que ahora «el Reino Unido podrá expandir su economía y hacer negocios con India o China, algo impensable estando dentro de la Unión Europea».

ALIVIO ANTE EL FINAL

Para Donny, un jubilado inglés que votó por el Brexit por considerar que el Reino Unido está superpoblado «tenemos muy pocas casas y mucha gente, de ahí que los precios inmobiliarios sean desorbitados».

«Al menos, fuera de la Unión Europea tendremos el poder de controlar nuestras fronteras y con ello el tamaño de la población», declara Donny, quien sobre todo se siente aliviado de que por fin todo llegue a su fin a partir del nuevo año.

Los británicos abren a las 23.00 hora local (misma hora GMT) un nuevo capítulo de su historia ante el que caben todas las actitudes pero todas ellas con un denominador común: incertidumbre en un escenario de pandemia global y crisis económica.