El activista y director de cine alemán Grigorij Richters, posa junto a su antigua furgoneta Volkswagen T2, hoy en Bruselas, una de las paradas previstas en la caminata de más de mil kilómetros que efectúa para ayudar y defender los derechos de los niños que se encuentran en los campos de refugiados de Grecia. EFE

Bruselas – El activista y director de cine alemán Grigorij Richters llegó hoy a Bruselas, una de las paradas previstas en caminata de más de mil kilómetros que efectúa para ayudar y defender los derechos de los niños que se encuentran en los campos de refugiados de Grecia.

«Marcho de París a Berlín para concienciar sobre los entre 800 y 1.000 niños refugiados que están atrapados en Europa, que están solos, sin padres, sin compañía, sobre todo en campamentos en Grecia», explicó Richters a Efe durante su parada en la capital belga.

El cineasta arrancó el pasado 27 de octubre en el Arco del Triunfo de París una travesía que le llevará a recorrer mil kilómetros, veintisiete ciudades, tres países y más de un millón de pasos hasta alcanzar su meta, la Puerta de Brandenburgo en Berlín.

Richters inició su campaña tras conocer la historia de niños como Majid Sharifi, un joven de 17 años que espera en los campos de refugiados de Grecia la ocasión para reunirse con su hermano en Alemania.

«Majid perdió a sus padres, no tiene nacionalidad, nació en Afganistán, se convirtió en refugiado en Irán y con 14 años llegó a Grecia, y ahora le es imposible conseguir un pasaporte», explicó el activista alemán.

La iniciativa de Richters tiene por objetivo «sacar a estos niños de esos campos europeos porque ya casi es invierno, allí no son bien tratados y creo que es nuestra responsabilidad», según palabras del alemán.

Además, el activista ha iniciado una recogida de firmas a través de un portal de internet y una campaña de recaudación para colaborar con estos niños.

En su travesía, Richters va acompañado de voluntarios que conducen una antigua furgoneta Volkswagen T2 decorada para la ocasión con diferentes graffitis y las firmas de las personas que encuentra en su camino, que espera «se unan a su marcha» más adelante.

«Esperaba más reacciones negativas de la gente en pueblos pequeños, pero fueron extremadamente amables, ni una persona fue agresiva conmigo o dijo algo negativo» declaró Richters a Efe, que también añadió que «algunas personas son negativas en las redes sociales, pero es algo que esperas».

Sobre las disputas que genera la migración en Europa, el activista señaló que «tenemos muchos problemas, pero somos muy afortunados al no sufrir una guerra» por lo que cree que deberíamos «dejar de categorizar a las personas y escuchar y encontrar soluciones para aquellos que no son responsables de sus guerras».

Richters añadió que viendo la cantidad de refugiados que se han acogido este año en su país (100.000 personas) «entiendes que 1.000 niños entre varios países no es tanto».