París.– Un velero, con un marinero alemán, desembarcó a diez miembros de una familia siria la pasada noche en el puerto corso de Porto-Vecchio, en lo que se considera la primera llegada por vía marítima de migrantes clandestinos hasta la isla francesa desde 2010.

El alcalde de la ciudad, Jean-Marc Angelini, que participó en la organización de la acogida de los migrantes, subrayó en declaraciones a la emisora France Bleu RCFM que acoger a los migrantes es una cuestión de «humanidad» y de «dignidad».

El alcalde subrayó «sin la menor ambigüedad» que Córcega debe hacerlo y que no entiende que pueda discutirse ese punto. Otra cosa es, añadió, que haya un debate sobre si se quedan o no.

El velero, que atracó hacia medianoche en Porto-Vecchio, según los primeros elementos citados por la emisora France Info, había comenzado su viaje en Turquía, tuvo una avería en alta mar frente a las costas de Córcega y fue escoltado hasta el puerto por un navío de las Aduanas francesas.

Después de pasar una visita médica, el alemán y los diez sirios (seis mujeres, una de ellas embarazada, dos hombres adultos y dos niños) pasaron la noche en una residencia de vacaciones municipal.

Las autoridades han abierto una investigación sobre las condiciones de su travesía.

En 2010, un grupo de más de 120 kurdos de Siria e Irak llegó también en barco hasta las costas del extremos sur de Córcega.