Los Ángeles – El fotógrafo Tom Kiefer recogió de la basura las pertenencias decomisadas a cientos de inmigrantes indocumentados al ser detenidos en la frontera y las fotografió de una manera artística para que hablen en nombre de sus dueños y del «sueño americano» que perseguían.
Más de 150 fotografías de cepillos de dientes, anillos, productos de maquillaje, cartas, diarios, medicamentos, amuletos, fotos, cantimploras, chocolatinas y un sinfín de objetos más se exhiben en el Centro Cultural Skirball en Los Ángeles con el título de «Sueño americano/American Dream: Photographs by Tom Kiefer».
«Quería darle vida a las pertenencias de estos inmigrantes y mostrar el trato inhumano que reciben cuando son detenidos», dijo a Efe Kiefer en una entrevista telefónica.
El fotógrafo, que trabajó limpiando las instalaciones de la Patrulla Fronteriza en Arizona durante casi nueve años, encontró en la basura todo lo que necesitaba para desarrollar su obra.
«Cuando haces un viaje que no tiene retorno llevas cosas que hablan de quién eres, incluso para que te identifiquen si te pasa algo en el camino», explica.
«Pero a las autoridades migratorias no les interesa eso, su política es que si no son esenciales o son potencialmente letales esas pertenencias deben ser tiradas a la basura», añade.
Kiefer cuenta que lo más doloroso fue rescatar de la basura varios objetos religiosos como rosarios, biblias e imágenes de la Virgen María y de San Judas Tadeo, el patrón de los casos imposibles.
«Una biblia y un rosario no deben ser tirados a la basura», recalca, mientras se pregunta en qué clase de sociedad se convirtió Estados Unidos, al descartar un libro sagrado solo porqué pertenece a un inmigrante.
«Es un castigo muy cruel», afirma.
La idea de denunciar la dura política migratoria de la Administración Trump a través de las pertenencias decomisadas por las autoridades le ha tomado al artista más de una década.
Reconoce que el proyecto fue casi una casualidad.
Los deseos de tener una casa propia donde poder desarrollar su trabajo artístico lo empujaron a dejar Los Ángeles y moverse a la ciudad de Ajo, Arizona, a unas 40 millas (64 kms) de la frontera con México.
Para pagar sus cuentas en 2003 aceptó el trabajo como conserje del centro de procesamiento de la Patrulla Fronteriza de esa ciudad. Keifer dice que ser conserje no era su oficio soñado pero, irónicamente fue realizando esa labor donde encontró el proyecto que había estado buscando toda su vida.
Desde 2007 y por siete años se dedicó a recolectar miles de artículos que tiene almacenados en su casa.
«Si no recogía esas cosas, nadie me creería lo que pasaba y que sigue pasando allí adentro», advierte.
La necesidad de contar a través de estos objetos un poco de la historia de sus dueños, lo llevó a renunciar en 2014 a su trabajo de conserje.
Desde entonces por el lente del fotógrafo han pasado conjuntos de jabones, billeteras, cepillos del cabello y peines, celulares, cordones de zapatos, medicinas, condones, y latas de comida perfectamente alineados, y con un contraste de colores que, según el artista, hacen que cobren vida.
«Necesitan color, brillar, tener vida, si no lo hago es como deshonrar estas pertenencias», opina.
La exposición que actualmente presenta tiene más de 150 fotos entre las que destacan la imagen de seis biblias y una nota de amor escrita en un diario.
«Blanca quiero que sepas que te he amado desde que te conocí», escribió un inmigrante enamorado anónimo en su diario.
También llama la atención la fotografía de los CDs de Cynthia Gallegos Lucas.
El artista encontró en la basura 32 CDs de música soul en una maleta rosada que habían sido confiscados a la inmigrante.
Como parte de la instalación, el público puede escuchar una selección de las canciones que casualmente hacen parte de los gustos musicales de Kiefer, una coincidencia que le confirma que no está equivocado en su lucha y que tiene una conexión estrecha con estos objetos.
El artista calcula que tiene más de 100.000 artículos almacenados en su estudio y otros espacios alrededor de Ajo.
Hasta ahora ha producido con ellos más de 500 fotografías artísticas y Kiefer espera continuar con la documentación histórica de cómo el gobierno estadounidense ha tratado a los migrantes.
Su mayor deseo es que el «el público se pueda educar sobre este tema y actúe para ayudar a cambiar las políticas contra los indocumentados».