Wendy Nóchez, una joven hondureña de la etnia lenca, sostiene su libro "Ser mujer", hoy, en Tegucigalpa (Honduras). EFE/Gustavo Amador

Tegucigalpa – La hondureña Wendy Nóchez, de la etnia lenca, presentó este viernes en Tegucigalpa un libro que recoge los testimonios de 15 mujeres que se atreven a romper los moldes de su época y enfrentar la violencia machista en Honduras.

Nóchez dijo a Efe que el ejemplar, titulado «Ser Mujer», destaca la historia de mujeres «desconocidas e invisibilizadas por el sistema patriarcal» en el país.

«Me di a la tarea de investigar si es que las mujeres no estábamos haciendo nada por el desarrollo del municipio (Jesús de Otoro) o simplemente éramos invisibilizadas por el sistema patriarcal», explicó.

Estas mujeres «se salen del molde que socialmente se le asigna a la mujer» y «rompen estereotipos» en áreas como el fútbol y la música, «desafiando esos espacios con muy buena estrella», explicó la joven lenca, originaria de Jesús de Otoro, departamento de Intibucá, occidente del país.

El libro, de 67 páginas, que tiene un coste de 100 lempiras (unos 4,15 dólares), es «un pretexto» para abordar la invisibilización femenina en Honduras, donde las mujeres representan la mayoría de la población (el 51 %), añadió.

Además, pretende poner en «el tapete las discusiones sobre el rol que está jugando la mujer y porque es importante visibilizarle en todos los espacios», enfatizó Nóchez, la mayor de tres hermanos y estudiante de Derecho.

La obra, añadió, destaca a mujeres que «se atrincheran y luchan contra un destino diseñado por el patriarcado para dominarlas, transformando el mundo en un espacio digno, vivible, justo, incluyente y más humanista».

MÁS ESPACIOS DE PARTICIPACIÓN

Estas mujeres, entre ellas futbolistas, activistas y emprendedoras, pero sobre todo «valientes e inspiradoras», han enfrentado «luchas personales, familiares y profesionales» en diferentes condiciones, pero que han «dejado huella», señaló Nóchez, quien cuenta con el apoyo de la ONG Plan Internacional.

Demuestran, además, «un extraordinario valor personal, por el coraje y determinación con que se han levantado, creyeron en el poder interior de cambiarlo todo, dejando así un legado a las siguientes generaciones», agregó.

La joven hondureña insistió en que el rol de la mujer en el país centroamericano «es invisibilizado» y se refleja en una menor retribución salarial o menos acceso a la educación, así como una mayor vulneración de sus derechos.

«Me siento muy indignada por la labor del actual Gobierno, siento que pueden muchísimo más por las mujeres, la juventud (…), están relegando a las mujeres a las tareas de siempre», indicó.

Instó a las autoridades de Honduras a abrir más espacios de participación de las mujeres en todos los ámbitos y exhortó a las jóvenes a «romper las barreras y estereotipos».

Nóchez, de 20 años, asegura que es la única del grupo con el que estudió en secundaria, que aún no tienen hijos, y dijo sentirse «privilegiada» por tener una «familia diferente que la educó y la apoyó a formar parte de estos espacios».

«Solo se necesita un poco de fuerza de voluntad para poder salir a lo que (la sociedad) nos relega», afirmó la joven voluntaria de varias organizaciones que apoyan a niñas y el medio ambiente en Honduras.