Tegucigalpa – La directora del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Henrietta Fore, dijo este miércoles en Tegucigalpa que «a pesar de los esfuerzos para reducir la violencia y proteger a sus ciudadanos más jóvenes, Honduras sigue siendo un lugar peligroso para demasiados niños y jóvenes».
«Sólo la educación de calidad y el fin de la violencia traerán oportunidades mejores para los niños», indicó Fore en un comunicado, al concluir una visita a Honduras de tres días.
Señaló además que un niño menor de 18 años muere cada día en Honduras debido a la violencia y que para un país que no está inmerso en un conflicto activo, «esta cifra es sobrecogedora».
«Las bandas aterrorizan a los vecindarios del país, ofreciendo a los jóvenes una elección imposible: ‘únete a nosotros o muere'», agregó Fore.
La alta funcionaria del UNICEF inició el domingo una visita a Honduras para conocer las respuestas que el Gobierno y la cooperación internacional ofrecen a niñas, niños y adolescentes afectados por la violencia y la migración en el país.
Fore también indicó que más de medio millón de niños en edad de cursar educación secundaria están fuera de la escuela: uno de cada dos en los primeros niveles de secundaria, y dos de cada tres en la secundaria superior.
«Abandonar la escuela es demasiado a menudo la única salida de los jóvenes para escapar de las amenazas de las pandillas, del acoso y del reclutamiento forzoso, que suelen producirse cuando atraviesan zonas controladas por las bandas en el camino hacia y desde la escuela», subraya la declaración de Fore.
Dijo además que la combinación de violencia, pobreza y falta de oportunidades educativas está causando que miles de niños y familias huyan de sus hogares, y que sin acceso a protección y a rutas de migración seguras, la mayoría se ven obligados a emprender viajes peligrosos, en los que corren el riesgo de sufrir violencia, explotación y abuso.
En una visita a la comunidad de Paujiles, cercana a San Pedro Sula, norte de Honduras, Fore conoció a una mujer que le expreso: «no estamos migrando para tener una vida mejor, estamos migrando para sobrevivir».
«Estos niños y jóvenes necesitan inversiones reales en educación, protección y otros servicios que contribuyan a guiarles hacia un futuro más esperanzador, y que también reduzcan algunas de las causas que les llevan a huir», señaló la directora ejecutiva del UNICEF.
El organismo tiene el compromiso de trabajar con los gobiernos, el sector privado e instituciones financieras internacionales para hacer inversiones transformadoras en educación, especialmente en los países del norte de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras, que aumenten la participación en la educación, el rendimiento y los resultados académicos, con énfasis en las nuevas tecnologías.
Además, el UNICEF está trabajando con sus aliados en Honduras para proporcionar a los niños y jóvenes espacios seguros para jugar, aprender y recibir formación.
«Quienes han vuelto a Honduras reciben asesoramiento, ayuda para volver a la escuela y orientación sobre los servicios que tienen a su disposición», indicó Fore.
En su opinión, si no se abordan las causas de la migración, los niños y sus familias seguirán embarcándose en viajes migratorios peligrosos.
Financiar programas para acabar con la violencia, desarrollar habilidades y crear oportunidades educativas contribuirá a crear el entorno que estos niños necesitan para construir sus futuros en su país, apostilló.
El martes, la directora ejecutiva del UNICEF conoció la situación de la Escuela Roberto Suazo Córdova, en el barrio «21 de Febrero», situado en un entorno de alto riesgo social en Tegucigalpa.
El centro educativo es uno de los favorecidos por el UNICEF a través del «Programa Construcción de Paz, Convivencia y Ciudadanía» y donde Fore conoció con detalles el trabajo conjunto que desarrollan maestros, alumnos y padres de familia.