Tegucigalpa – El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) aplaudieron este domingo que Honduras haya anunciado que los estudiantes volverán a las aulas de forma presencial con normalidad.
En un comunicado conjunto, los organismos de la ONU indicaron que celebran la decisión del Gobierno de Honduras de retornar a las aulas a partir del 18 de abril, considerando la Estrategia de Regreso Seguro a Clases.
La Secretaría de Educación de Honduras anunció la semana pasada que el 18 de abril se «iniciarán las clases presenciales» en todos los centros y niveles educativos del país, tras dos años de modalidad virtual y semipresencial debido a la pandemia.
Unicef y la Unesco resaltaron, además, los esfuerzos de la Secretaría de Educación para coordinar con los diferentes actores para avanzar hacia el fortalecimiento de las medidas necesarias para lograr el retorno a clases presenciales, así como recuperar la matrícula y promover la continuidad educativa.
«La priorización y protección del derecho a la educación requiere justamente de la articulación multiactoral que promueva compromisos y acuerdos en favor de la educación como un bien común y público, del cual nadie debe quedar atrás ni afuera», subrayan.
La coordinadora residente del Sistema de la ONU en Honduras, Alice Shackelford, dijo que colocar la educación en el centro de la recuperación «ayudará a transformar las economías, la sociedad y a acelerar el desarrollo sostenible de cada país».
«El retorno seguro a las escuelas en Honduras contribuye a brindar una educación inclusiva y equitativa, aspectos clave para avanzar hacia la igualdad de género y el rompimiento del ciclo de la pobreza, sin dejar a ningún niño, niña o joven atrás”, subrayó.
Recuperación tardará años
La ONU ha trabajado con Honduras para el retorno a clases presenciales, asegurando el cumplimiento de todos los protocolos de salud y cuidado, según el comunicado.
El impacto del cierre de los centros educativos en los logros de aprendizaje, salud física, mental y el desarrollo de las relaciones de los estudiantes, principalmente los pobres y vulnerables, requerirá «años de esfuerzos de recuperación», destacan.
«Ellos y ellas no solamente vieron afectada la posibilidad de continuar o finalizar sus trayectorias educativas, sino también las oportunidades de acceso a servicios esenciales que los sistemas educativos les brindan a ellos y a sus familias, tales como salud, nutrición y alimentación, atención psico-social y socioemocional», agregan.
Unicef y la Unesco indicaron que los docentes hondureños son «pilar para la transformación educativa, para que inunden de alegría y entusiasmo cada aula escolar» y, además, son «columna vertebral del sistema educativo, y junto a padres y madres de familia, los principales actores a nivel comunitario para el retorno seguro al aula».
El representante de Unicef en Honduras, Mark Connolly, dijo que ese organismo ha apoyado la educación a través de la «aplicación de modalidades flexibles, alternativas e innovadoras para mantener la cobertura del sistema educativo, promover la calidad del aprendizaje y la inclusión» de los menores que abandonaron las aulas o están en riesgo de abandono.
Unicef ha apoyado a más de 330,000 niños y adolescentes en Honduras, donde está presente en más de 1,500 centros educativos mediante actividades semipresenciales, intervenciones de rehabilitación y distribución de libros de texto y materiales didácticos.
La Unesco y Unicef reafirmaron su compromiso de seguir apoyando a la Secretaría de Educación en «sus esfuerzos de garantizar el acceso a una educación de calidad, relevante y pertinente en entornos sanos, seguros, inclusivos y pacíficos, asegurando la continuidad de los aprendizajes y previniendo la desvinculación educativa y abandono escolar».