Las desigualdades en la salud que sufren las minorías étnicas y los inmigrantes en Estados Unidos se han acumulado a lo largo de sus vidas, y de manera notable en los latinos y personas de raza negra que han nacido fuera del país. EFE/ Ricardo Maldonado Rozo/Archivo

Denver (CO) – Dirigentes comunitarios y legisladores en varios estados instaron a los latinos a evitar servicios sanitarios ilegales a los que se ven sometidos por falta de recursos o desconocimiento de opciones disponibles a bajo costo.

En Denver, por ejemplo, el personal de un conocido restaurante mexicano ofreció tratamiento médico no autorizado a casi 350 personas durante 2022, incluyendo diagnósticos, inyecciones, vendajes, tratamientos de infecciones y venta sin receta de medicamentos controlados, según la Junta Médica del Estado de Colorado.

El lugar está bajo la lupa de la Junta después de que un joven terminara en la sala de emergencia tras recibir tres dosis de penicilina como parte de un tratamiento que le formularon en el restaurante.

Esta comunidad aún no aprende a elegir opciones que no provengan “de personal médico acarrea consecuencias para la salud”, se lamentó Yaeel Duarte, fundadora de Sinergia, una organización comunitaria que desde hace 17 años informa a los hispanos de Denver sobre los peligros de pedir ayuda médica a personas no autorizadas.

“La pandemia nos alertó para tomar conciencia de la necesidad de cuidar nuestra salud física, emocional, mental y personal porque vimos cómo nuestro entorno era afectado de varias formas”, dijo a EFE la mexicana.

Duarte, quien advierte de esos riesgos en charlas en escuelas, centros comunitarios e iglesias de varias ciudades, lamenta que la pobreza y la carencia de inglés y de información adecuada alejan a los latinos de clínicas, hospitales y consultorios legales.

Los hispanos enfrentan “limitaciones de disponibilidad y accesibilidad”, detalló por su parte la doctora Ana Martínez-Donate, de la Universidad Drexel, en un estudio publicado en agosto pasado sobre el acceso a servicios de salud entre estos inmigrantes en Filadelfia y a nivel nacional.

Señaló que ello es especialmente en casos graves, debido también a su situación migratoria, el estigma cultural sobre ciertas enfermedades y la falta de médicos “culturalmente competentes y étnicamente concordantes”.

Además, ciertos centros de salud enfocados en latinos tienen “capacidad limitada” debido que una gran proporción de los que llegan a buscar tratamiento para varias enfermedades simultáneamente.

“Esos factores se han visto exacerbados por la pandemia de covid-19, que tuvo un impacto económico negativo e interrumpió los servicios sociales y de salud”, dice el reporte, subrayando que los latinos son el grupo “con la mayor pérdida de recursos económicos entre todas las razas y poblaciones étnicas”.

Como resultado, los latinos acuden a prácticas médicas no autorizadas, que deben distinguirse de las llamadas medicinas alternativas o tradicionales.

Es el caso de un inmigrante que transformó la cochera de su vivienda en Denver en un consultorio odontológico pese a carecer de autorización para ejercer en Estados Unidos.

“Atiende muy bien. Es muy profesional. Y está abierto los domingos, que es el único día que puedo ir. Además, habla mi idioma y cobra poco. La verdad, el título lo tiene, pero no es de acá. Pero eso no me interesa. Lo que me interesa es que mis dientes ya no me duelen”, dijo a EFE “María”, quien pidió usar ese nombre por su “amistad de años” con el dentista.

Según Duarte, estos casos evidencian que muchos latinos aún desconocen “el sinfín de programas y recursos” (incluyendo traducciones, telesalud, asistencia financiera y servicios educativos) que se activaron por la pandemia para ayudarlos.

Dijo además que esta comunidad tampoco está consciente de la magnitud de los problemas de salud física y mental que enfrenta.

A la vez, recordó que “cada vez son más los dirigentes latinos que buscan aportar soluciones”.

Entre ellos figura el senador estatal de Colorado Robert Rodríguez, quien este mes reveló su propuesta para una nueva ley (HB23-1130) que, de aprobarse, facilitaría a los latinos “el acceso asequible y seguro a cuidados médicos de alta calidad, incluyendo salud mental”.

“Muchos latinos no reciben tratamiento de salud mental porque carecen de seguro o no pueden encontrar atención culturalmente sensible, ya que solo alrededor del 5 % de los psicólogos dicen que pueden ofrecer servicios en español”, aseveró el legislador.

En consecuencia, un creciente número de hispanos se inclina por opciones no reguladas, lo que puede llevar al uso “medicamentos más baratos, pero con un alto riesgo de preocupantes efectos secundarios” y, en definitiva, causar “una crisis de salud física o mental que requiera hospitalización o algo peor”.

Amy Gutiérrez, directora de farmacias de UC Health (la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado) informó recientemente que las farmacias asociadas con esa universidad traducirán al español y a otros idiomas las recetas y etiquetas de los medicamentos.

Y tanto en Colorado como en otros estados los consulados de México anunciaron a finales de marzo que expandirán el programa Ventanillas de Salud para incluir “servicios básicos”, además de la información necesaria para acceder a servicios ya disponibles.

“Todos son bienvenidos en la Ventanilla de Salud”, dijo la cónsul adjunta Patricia Cortés, del Consulado Mexicano en Salt Lake City (Utah). “No necesitan una cita para visitarnos. Ni siquiera tienen que ser mexicanos para visitarnos. Las puertas están abiertas y pueden simplemente pasar para ver qué servicios podemos brindar”.

“Es bueno que se estén realizando todos esos cambios, pero muchos latinos están en una etapa de negación de su propia salud y no contemplan las alternativas que podrían ayudarlos. La gran mayoría necesitan apoyo para acceder a la gran variedad de sistemas y cuidados de salud que existen en este país”, afirmó Duarte.