Ciudad Juárez (México) – Decenas de veteranos de guerra de Estados Unidos de origen mexicano deportados a la fronteriza Ciudad Juárez recuperan la esperanza de regresar al país que sirvieron bélicamente tras las últimas palabras de la Casa Blanca, que ha prometido revisar los casos.
José Francisco López, director de Deported Veterans Support House (Casa de Apoyo a Veteranos Deportados) en este municipio fronterizo, narra que estuvo en 1968 en la guerra de Vietnam (1955-1975) y enfrentó los peligros de estar en la lucha defendiendo a esta potencia mundial.
López fue deportado a México hace 18 años por un delito menor: «Yo consumía marihuana y después cocaína, en una ocasión que me dirigía a comprar droga, un policía fingió ser el vendedor y por ello me arrestaron y después me trajeron a México. Únicamente vine con una camisa y un pantalón», dijo este viernes a Efe.
A partir de 1996, con los cambios en la Ley de Reforma de la Inmigración Ilegal y de Responsabilidad del Inmigrante (IIRIRA) -que modificó las leyes migratorias y eliminó importantes defensas contra la deportación- Estados Unidos comenzó a expulsar a veteranos de guerra que eran residentes y habían luchado en conflictos bélicos como Vietnam, las guerras del Golfo, Kosovo, Irak y Afganistán, entre otros.
Una gran cantidad de los deportados, que llegaron a Estados Unidos de niños o muy jóvenes, tuvieron que abandonar a sus familias en Estados Unidos y regresar a un país que apenas conocían.
Pero tras años de reclamos, ahora esta situación podría cambiar con el arribo de Joe Biden a la Casa Blanca, con una política migratoria menos restrictiva.
El Departamento de Asuntos de Veteranos está trabajando con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) de Estados Unidos y otros socios para identificar a los veteranos deportados y asegurarse de que obtengan beneficios a los que puedan tener derecho, según explicó el pasado 2 de julio el DHS en un comunicado.
Alejandro Mayorkas, titular del DHS, ordenó «realizar de inmediato una revisión de las políticas y prácticas para garantizar que todos los exmiembros del servicio no ciudadanos y las familias inmediatas de los miembros del Ejército pueden permanecer o regresar a los Estados Unidos».
E instó a «eliminar las barreras a la naturalización para aquellos elegibles y mejorar el acceso a los servicios de inmigración».
LA ILUSIÓN EN BIDEN
Para López, Biden es sensible en sus políticas migratorias y con los veteranos de guerra.
«Deseo ver a mi familia, mi familia está muy contenta, tengo mucho entusiasmo en esta noticia y deseo los servicios médicos de Estados Unidos que son para los exsoldados», declaró.
Y recuerda la guerra que le tocó vivir con el uniforme estadounidense: «Lo que más me impactó en la guerra de Vietnam fue ver los montones de muertos destrozados, mujeres y niños bombardeados. Y pensaba en mi familia. Hacía mucho calor y llovía todos los días».
Otro ejemplo es el de Iván Ocón, encargado también de esta casa de veteranos en Ciudad Juárez, quien fue deportado a México en 2016 tras servir en Irak en 2003.
«Con la administración anterior (de Donald Trump) no había avance, pero con estas noticias de que van a regresarnos hay esperanza de reunirnos con nuestras familias. Tengo una joven que hace 15 años no veo», refirió a Efe.
«Serví al país y pensé que no me podían deportar y cuando de repente me dicen que mis servicios no sirven y que tenga buena suerte en México… eso es como una navaja en el pecho», agregó este hombre, que enterró a «hermanos soldados» y todavía recuerda con dolor la experiencia.
Tras años de deportaciones, estas son solo dos historias de las decenas, quizás centenares o miles, de veteranos deportados de origen mexicano y de otras nacionalidades.
Y si bien se desconoce la cantidad exacta, los recientes anuncios de Biden y su Gobierno han avivado la esperanza de muchos.
El pasado 8 de junio, un veterano de origen mexicano que sirvió en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos demandó al Gobierno estadounidense por no permitirle continuar su proceso de naturalización después de ser deportado por delitos menores, según informaron los abogados del migrante.
Y en mayo pasado, desde Los Ángeles, la Casa de Apoyo a Veteranos Deportados, apoyada por legisladores y defensores de los derechos civiles, lanzó una campaña para instar a la administración Biden a «traer a casa» a todos los veteranos que fueron deportados.