Ciudad Juárez (México) – Los primeros frentes fríos de la temporada azotan a los migrantes en Ciudad Juárez, en la frontera de México con Estados Unidos, donde cientos de indocumentados llevan días varados entre el río Bravo y la cerca de navajas, con temperaturas mínimas de hasta 2 grados.
Un centenar de migrantes, incluyendo niños y mujeres, pernoctan a la altura de la puerta fronteriza 36, frente a la barricada de alambre de navajas que ha colocado Texas, donde soportan temperaturas cercanas al punto de congelación mientras esperan llegar hasta el muro para que Estados Unidos procese sus casos.
Pese a los dos frentes fríos que ingresan este jueves a México, pequeños grupos de migrantes siguen llegando hasta este punto, donde tienen que cruzar el río Bravo (río Grande en Estados Unidos) y esperar por días a la intemperie, sin agua ni alimentos, hasta que les permitan entrar.
Visitadores de la organización Plan Internacional México que acudieron a tomar sus testimonios señalaron que el 60 % de estas personas vienen huyendo de la inseguridad en sus países, pero encuentran más violencia ejercida por autoridades en México y por las políticas antiinmigrantes de Texas.
Sofía Carbajal, visitadora de dicha organización humanitaria, expresó a EFE que es muy cruel que, aun con niños, no les permitan entrar a territorio estadounidense.
“Llevan dos días aquí esperando cruzar, hay niños, niñas y adolescentes, y están en estas condiciones extremas, con temperaturas muy bajas de hasta 2 o 3 grados”, cuestionó.
Entrada arbitraria a EEUU
La activista opinó que la selección de personas que recibe Estados Unidos es muy arbitraria, y que ellos mismos no entienden cuál es el criterio.
“Para nosotros, esto es una crisis humanitaria que no debería estar pasando, no debería estar siendo tratada así la gente. Del lado mexicano estamos tratando de hacer lo posible por apoyar”, dijo la integrante de Plan Internacional México.
Arturo Estrada, oficial de monitoreo y evaluación de Plan Internacional México, mencionó que es muy cuestionable la violencia que se ejerce contra estas personas, quienes quedan varadas por días en una franja de unos cuatro metros entre la barrera de alambre de navajas y las aguas frías y contaminadas del Bravo en Juárez.
“Se cree que la crisis humanitaria sigue siendo por temas de buscar mejores oportunidades de vida, mejor economía, y no. Es un tema de violencia. Bases de datos de la organización nos permiten afirmar que la crisis es generada por violencia, más del 60 % de la población afirma que está huyendo de la violencia y no nada más por comida o por un mejor futuro”, detalló el activista.
El defensor también cuestionó el funcionamiento de la aplicación CBP One, la principal herramienta con la que Estados Unidos promete procesar las citas migratorias.
“No se entiende cómo algunas encuentran su cita de refugio rápido y hay otras que tardan meses o nunca la tienen, es un proceso de aletargamiento y de cansancio de los procesos migratorios”, manifestó.
Ciudad Juárez es uno de los puntos focales del flujo migratorio “sin precedentes” de México y Centroamérica, como ha advertido antes la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que a inicios de noviembre señaló un incremento anual de más del 60 % de la migración irregular que atraviesa territorio mexicano en 2023.