Miami – El presidente Donald Trump subrayó hoy durante un recorrido en helicóptero por las zonas devastadas por el huracán Michael en Florida que «la prioridad del Gobierno es proporcionar alimentos, electricidad y seguridad a las víctimas».
Acompañado de su esposa Melania, Trump llegó a la Base Eglin de la Fuerza Aérea, situada en el noroeste de Florida, a unos 130 kilómetros (80 millas) al este de Panamá City, una de las más afectadas por los vientos y la marejada ciclónica que provocó el poderoso huracán el pasado miércoles.
Al menos 19 personas han muerto a consecuencia del paso de Michael por Florida y otros estados del sureste la semana pasada.
Trump ha declarado «desastre mayor» a los condados afectados en Florida y Georgia, estado vecino que también visitará hoy, lo que habilita fondos federales para la reparación de los daños y la atención a los damnificados.
En Florida, el mandatario sobrevoló en helicóptero Panamá City y la vecina localidad de México Beach, donde el pasado miércoles tocó tierra el ciclón con vientos de 155 millas por hora (250 km/h) destruyéndolo casi en su totalidad, y Lynn Haven, para proseguir su camino al estado vecino de Georgia.
Miles de árboles caídos, casas arrancadas de sus cimientos, otras sin techo, algunas cubiertas con lona azul, escombros esparcidos por todas partes y filas de camiones de mudanzas eran los elementos del panorama hoy desde el aire, según describieron los periodistas que acompañaron al presidente.
Igualmente sobrevolaron la vecina base aérea de Tyndall, que también sufrió el impacto de Michael, que provocó una marejada ciclónica que elevó el nivel del mar en hasta 14 pies (4,2 metros).
El presidente se mostró sorprendido de que algunas casas resultaron barridas en su totalidad dejando solo los cimientos. «Ni siquiera sabrías que tenían casas», manifestó el presidente, quien fue recibido por el gobernador de Florida, Rick Scott.
Trump recorrió la zona junto a la secretaria de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), Kirstjen Nielsen, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, y su padre, el exgobernador de Arkansas Mike Huckabee.
La comitiva presidencial fue recibida por el administrador de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), Brock Long, y el congresista por Florida Matt Gaetz, entre otras autoridades civiles y militares.
Trump elogió tanto a los cuerpos de rescate como al gobernador Scott, por responder rápidamente al ciclón, que afectó principalmente al llamado «Panhandle» (el mango del sartén) del noroeste de Florida.
Scott declaró desde la semana pasada el estado de emergencia en 35 condados y ha dispuesto de al menos 4.000 miembros de la Guardia Nacional de Florida para las tareas de socorro y repartición de agua y víveres.
Scott «está haciendo un trabajo increíble», manifestó Trump.
Según la web Poweroutage.us, que contabiliza los apagones en todo Estados Unidos, en el condado Bay, donde impactó el huracán, 73.765 clientes de las compañías eléctricas, un 62,34 % del total, están sin luz.
La situación es mucho peor en los vecinos condados de Calhoun, uno de los más pobres de Florida, donde el apagón afecta a un 100 % de los clientes, y Gulf, con un 99,69 % a oscuras todavía.
En los estados de Florida, Carolina del Norte, Virginia y Georgia unas 250.000 familias y negocios permanecen hoy sin electricidad, según Poweroutage.us.
Aunque no hay una cifra oficial sobre las víctimas y tampoco han sido identificadas, medios locales informan de 19 personas muertas: nueve en Florida, seis en Virginia, tres en Carolina del Norte y una en Georgia.
Para ayudar al suministro de alimentos, el cocinero español José Andrés se desplazó desde la semana pasada al noroeste de Florida, donde ha servido hasta hoy «al menos 45.000 comidas».
El español ha repartido comida en 35 lugares diferentes, incluidos albergues, comunidades y agencias de respuesta locales, precisó hoy a Efe Jeannette Moreland, del World Central Kitchen, iniciativa social del conglomerado empresarial del cocinero.
«Seguiremos cocinando mientras sea necesario, y ciertamente lo es», matizó Moreland.