Tegucigalpa – Desesperados por permanecer varios meses varados o simplemente por las condiciones en las que se encuentran, varios hondureños en México claman regresar a su país del cual salieron en busca de una mejor vida o huyendo de la violencia de sus comunidades.
-Luego de salir en caravana miles de hondureños se encuentran varados desde hace meses en suelo mexicano.
Es el caso de la hondureña “Angy”, quien pidió al Instituto Nacional de Migración (INM), que la traslade o deporte a su país de origen, debido a las malas condiciones en las que se encuentra desde que llegó a Tapachula el pasado mes de junio.
Así lo subrayan reportes de prensa de ese estado mexicano en el que se encuentran varados miles de hondureños que partieron en caravana en busca del llamado “sueño americano”.
La “catracha”, que no rebasa los 25 años de edad, arribó a Tapachula hace más de un mes, sin embargo dijo sentirse desilusionada de la oferta que recibiera hace unos meses del gobierno federal y no se cumplió, en la que México les apoyaría a los migrantes centroamericanos para mejorar sus condiciones de vida.
Al igual que esta hondureña, otros connacionales han solicitado su deportación voluntaria al permanecer por varios meses varados en suelo azteca.
Al inicio del año más 7 mil hondureños habían sido deportados voluntariamente tras participar en las caravanas migrantes.
“Angy” afirmó que es mejor regresar a su país, ya que también ha sido víctima de golpes de otros migrantes, por lo que, teme ser víctima de algún otro delito e incluso dijo sentirse preocupada por sus hijos, ya que también padece de ataques epilépticos y no cuenta con sus medicamentos.
Sostuvo que en México los extranjeros pasan condiciones inhumanas porque no hay trabajo y los albergues están a su máxima capacidad.
Y aunque las condiciones en Honduras no son las más óptimas declaró que prefiere regresar.
En ese sentido, añadió que prefiere morir en su natal Honduras, pues teme que si le pasa algo en territorio mexicano, su cuerpo no sea entregado a sus familiares.
Además dijo tener miedo que sus hijos corran con la misma suerte en manos del crimen organizado.
“Quiero regresar” es el grito desesperado que hoy enarbolan decenas de hondureños cansados de esperar una respuesta a su solicitud de asilo tanto en México como en Estados Unidos.