Ciudadanos venezolanos cruzan a Colombia por el puente Francisco de Paula Santander en Cúcuta (Colombia). Colombia aguarda con expectativa ante la situación en la zona fronteriza donde las Fuerzas Armadas venezolanas iniciaron maniobras militares que incluyen el despliegue de misiles. EFE/str

Washington – Las crisis migratorias de Venezuela y Nicaragua han puesto a prueba a sus vecinos, con Colombia, Perú y Ecuador como principales destinos de los venezolanos y Costa Rica de los nicaragüenses, mientras expertos anticipan que estos fenómenos se mantendrán en los próximos años.

A continuación, una mirada a estos flujos migratorios desde los ojos de funcionarios que participaron en Washington en el encuentro «Respuestas de América Latina a las crisis migratorias de Venezuela y Nicaragua», organizado por Migration Policy Institute.

«ESTAMOS HABLANDO DE PERSONAS QUE SE ESTÁN MURIENDO DE HAMBRE»

El director de Migración Colombia, Cristian Krüger, habló en nombre del país que más venezolanos ha recibido: alrededor de 1,5 millones de migrantes.

Krüger explicó que, además de la migración hacia Colombia como país de destino, han identificado tres tipos de flujos: de tránsito (de quienes se dirigen hacia otros países en Sudamérica); de retorno (más de 500.000 colombianos que han vuelto a su país); y pendular (representada por 4 millones de venezolanos que compran productos en Colombia y regresan a sus hogares).

«Estamos hablando de personas que se están muriendo de hambre, entonces, tenemos que separar el discurso político de lo que está pasando en Venezuela», planteó el funcionario en una intervención remota desde Bogotá, e hizo un llamado a unir voluntades para atender lo que consideró un «fenómeno regional».

PERÚ, EL SEGUNDO RECEPTOR DE VENEZOLANOS AUNQUE NO COMPARTEN FRONTERA

Según la superintendente y gerente general de la Agencia Nacional de Migración en Perú, Frieda del Águila Tuesta, su país se ha convertido en el segundo mayor receptor de venezolanos en la región, con alrededor de 870.000 inmigrantes procedentes del país caribeño.

«El 30 % (de estos inmigrantes) son menores. Estamos hablando más o menos de cerca de 200.000 niños», declaró la funcionaria a Efe, quien indicó que han atendido a mujeres embarazadas y personas en grave estado de salud.

Además, detalló que el 80 % de los migrantes tiene una profesión, entre ellos 32.000 ingenieros y 22.000 profesores.

«Perú no es una frontera (con Venezuela), Perú por sus normas ha significado un país de destino porque representa la posibilidad de poder trabajar para estos migrantes», aseguró, al tiempo que reclamó una «responsabilidad regional» para atender esta situación.

Del Águila alertó que mientras las estadísticas actuales cifran en unos cuatro millones los venezolanos han abandonado su país, las proyecciones alertan de que esta cifra llegaría a seis millones en los próximos meses.

«A veces nosotros vemos los números, pero no nos damos cuenta en realidad que estamos hablando de seres humanos. Una crisis humanitaria significa un ataque a la humanidad», lamentó.

ECUADOR: EL TERCER DESTINO PARA LOS VENEZOLANOS

El subsecretario de Protección Internacional y Atención a Inmigrantes de Ecuador, Hernán Yánez, estimó que en su país hay entre 400.000 y 500.000 ciudadanos venezolanos, lo que los convertiría en el tercer destino para estos inmigrantes en la región.

«Las cifras oficiales de inmigración que tenemos nosotros arrojan una cifra de alrededor de 370.000, 380.000 migrantes que registraron su ingreso. Aparte de eso, hay un número todavía incierto, desconocido, difícil de estimar, de cuántas personas lo hicieron irregularmente, pero están en el país», añadió.

Yánez apuntó que desde el pasado sábado se puso en marcha el proceso de entrega de las visas humanitarias para venezolanos, que durará hasta el próximo 31 de marzo.

«Estamos considerando una cifra tal vez de 100.000 personas. Sería el proceso más ambicioso de regularización que ha implementado el Ecuador en toda su historia», destacó el subsecretario.

«LA MIGRACIÓN NICARAGÜENSE PASA DESAPERCIBIDA»

Para el viceministro de Gobernación y Policía de Costa Rica, Carlos Andrés Torres, la migración nicaragüense hacia su país «pasa desapercibida para la comunidad mundial, porque hay otros casos desde el punto de vista humanitario más graves», como el de Siria o Venezuela.

«Nicaragua no está siendo visibilizado», advirtió el funcionario, que pese a calificar como «impresionantes» los esfuerzos de su país para atender esta situación, admitió que la institucionalidad «tiene un desafío», especialmente por el aumento de los pedidos de refugio.

El presidente de la Comisión de Visas Restringidas y Refugio, Harold Villegas Román, explicó a Efe que antes del 18 de abril de 2018, cuando se iniciaron las protestas en contra del Gobierno de Nicaragua, recibían 100 solicitudes de refugio al año y hoy esa cifra asciende a 2.500 al mes.

«El 99 % de solicitudes de refugio en Costa Rica son de ciudadanos de Nicaragua y la mayoría de ellos no tienen los requisitos para ser refugiados. Entonces, tenemos una tasa de rechazo como del 90 %», afirmó el comisionado, quien estimó que su país tiene ahora más o menos «100.000 nuevos nicaragüenses».

«ESTA MIGRACIÓN LLEGÓ PARA QUEDARSE»

Es importante pensar «en la respuesta de corto plazo y humanitaria», pero también mirar hacia el mediano y el largo plazo «porque esta migración llegó para quedarse», recomendó la directora del Departamento de Inclusión Social de la Organización de Estados Americanos (OEA), Betilde Muñoz-Pogossian.

A la luz de esta situación, esta funcionaria propuso entre las tareas clave la regularización de los migrantes como la «puerta de entrada» a sus derechos y una «manera de evitar vulnerabilidad», el abordaje intersectorial de este fenómeno, la inclusión laboral y un mayor apoyo internacional.

Muñoz-Pogossian destacó las respuestas creativas y ágiles para atender a estas poblaciones que han implementado los países de la región, y consideró «que el mundo después va a mirar a las Américas como un ejemplo de cómo responder a estos movimientos masivos de personas».