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Islamabad – El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió este lunes a la comunidad internacional que apoye a Pakistán, que acoge a 2,4 millones de refugiados afganos sin apenas ayuda, especialmente ahora que se estudia su repatriación si se alcanza un acuerdo de paz en Afganistán.

“Mirando a los desafíos del futuro, la comunidad internacional debe dar un paso adelante”, afirmó Guterres con motivo de una cumbre en Islamabad por los 40 años de presencia de refugiados afganos en Pakistán.

La cumbre contó con la participación además del primer ministro paquistaní, Imran Khan; el alto comisionado de la Agencia de Naciones Unidas par los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, y el ministro de Exteriores paquistaní, Shah Mahmood Qureshi, entre otros.

El líder de la ONU alabó la “solidaridad y compasión” de Pakistán con los afganos que comenzaron a llegar su suelo huyendo de la invasión soviética en 1979, y que hoy suman 1,4 millones de refugiados registrados y en torno a un millón en situación irregular.

“El mundo debe reconocer que el apoyo internacional con Pakistán ha sido mínimo en comparación con sus propios recursos nacionales”, remarcó Guterres, que recordó que durante 22 años la nación asiática acogió a la mayor población refugiada en el mundo y en la actualidad es el segundo.

Respecto al futuro de los millones de refugiados afganos, Guterres afirmó que la paz en Afganistán es la única solución.

“La solución no es humanitaria. La solución es la paz. Y por ello, debemos en estos momentos concentrar todos nuestros esfuerzos en apoyar el proceso de paz (en Afganistán)”, dijo.

“La guerra es un negocio. Siempre hay gente que quiere mantener la guerra”, aseguró el portugués.

Qureshi dejó muy claro durante su intervención que el objetivo de Pakistán es repatriar de su territorio de forma gradual y voluntaria a los 2,4 millones de afganos, aunque el 60 % de ellos nacidos en suelo paquistaní.

Tras un ultimátum del Gobierno paquistaní en 2016, unos 370.000 refugiados registrados cruzaron la frontera hacia Afganistán, y cerca de otros 300.000 sin documentos también lo hicieron, pero la cifra fue cayendo en los años siguientes hasta los 8.000 de 2019, según ACNUR.